Josefina Robles Cisneros. |
La primera conferencia de la
noche estuvo a cargo de la doctora Josefina Robles Cisneros y llevó el título
de La glucosa y su control, basada en el libro La revolución de la
glucosa, de Jessie Inchauspé. Esta autora propone realizar cambios en el
orden en que se consumen los alimentos a lo largo del día, así como algunas
otras medidas sencillas, que permitirían suprimir los picos de glucosa que se
experimentan cotidianamente, provocando malestares como antojos, debilidad y
otros. La doctora Robles ejemplificó estos picos con gráficas lineales en las
que se muestran los niveles de glucosa a lo largo de las 24 horas del día, que
suben y bajan según el consumo de alimentos o el gasto de energía con las
actividades cotidianas. Algunas de estas subidas son muy altas, cuando se
consumen alimentos ricos en azúcares, pero se pueden hacer más planas si antes
se comen ensaladas u otros alimentos recomendados por la autora del libro.
La expositora también explicó
fundamentos básicos para entender estas recomendaciones, como qué es y cuáles
son las funciones de la glucosa y cómo el cuerpo humano la produce a partir de
algunos alimentos, los niveles recomendados de esta sustancia y cuáles pueden
ser las consecuencias exceder esos niveles.
Nabor de Niz. |
La segunda conferencia la presentó
el doctor Nabor de Niz Domínguez, para 20 personas asistentes. Se tituló El
mal del pinto en la Costa Sur de Jalisco y comenzó con una explicación de
las enfermedades que alteran la piel, como la psoriasis y el vitíligo, entre
las que se encuentra el conocido como mal del pinto. En esta parte de la
exposición, el doctor De Niz describió la morfología de la piel humana, explicando
a qué secciones de ella afectan las distintas enfermedades mencionadas. En el
caso del mal del pinto, afecta desde la epidermis, es decir, la parte más superficial
de la piel, hasta cerca de la hipodermis, la parte más profunda.
El ponente mostró imágenes de lesiones
causadas por las distintas enfermedades cutáneas, claramente diferenciadas
entre sí. Para comenzar de lleno con el mal del pinto, el doctor Nabor comentó
la obra de Salvador González Herrejón, cuyas investigaciones sobre el mal del
pinto le permitieron descubrir al patógeno que lo causa: el trepanoma carateum
o herrejoni, “primo hermano” del treponema palidum, causante de la sífilis. A diferencia
de este último, t. carateum solo afecta a la piel. Enseguida vimos algunos
ejemplos de lesiones de esta enfermedad, que lucen verrucosas, resaltadas y coloreadas.
Dicho esto, el doctor Nabor
recordó las clases que tomó en la década de 1950 con el doctor José Barba
Rubio, cuyo nombre lleva hoy el Instituto Dermatológico de Jalisco. En esa
clase, el doctor Barba Rubio explicó a sus alumnos lo relativo al mal del
pinto, refiriendo que era una enfermedad que se encontraba en la sierra de
Guerrero y en Chiapas, pero no en Jalisco. Sin embargo, el joven De Niz le
contó que en su tierra, la Costa de Jalisco, sí existían casos de esta
enfermedad, que él llegó a conocer desde la infancia. Esto derivó en la
organización de una expedición financiada por el gobierno de Jalisco e
integrada por médicos de diversas especialidades, para estudiar y tratar a esos
casos en el municipio de Villa Purificación. Con la colaboración del gobierno
municipal de ese lugar, encabezado por el señor Jesús Núñez, los médicos se
encontraron con 57 enfermos de la piel, que fueron concentrados en una escuela
de Purificación, a quienes se les efectuaron biopsias que arrojaron el dato de
que había 17 enfermos de mal del pinto, tres de psoriasis y 37 de vitíligo. A todos
se les indicó un tratamiento basado en penicilina.
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