domingo, 16 de febrero de 2025

Segunda jornada de la cuarta Semana Cultural Taurina del Palacio del Arte

Arturo Vaca y Luis Salvador Ramírez.

 Con un par de conferencias, la noche del viernes 14 de febrero se llevó a cabo en el recinto cultural Palacio del Arte la segunda jornada de la cuarta Semana Cultural Taurina organizada por ese espacio y que había comenzado el día anterior. Con la asistencia de unas 15 personas, la jornada comenzó a las 19:35 horas.

El recinto lució adornado con elementos taurinos y del Carnaval de Autlán, como capotes, una réplica de un burladero y unas banderillas, también se encuentran expuestas ahí algunas piezas del fotógrafo autlense Pepe Pelayo y pinturas de Armida Maldonado, todas de tema taurino.

La jornada inició con la conferencia La crianza del toro bravo, a cargo del veterinario Luis Salvador Ramírez Robles, de la ganadería San Constantino, de Atengo, Jalisco, quien comenzó su exposición con un video sobre el ganado de casta, en el que se explican de forma general las características de este tipo de bovinos, que tarda hasta cuatro años en lograr su desarrollo óptimo, a diferencia del ganado lechero o de carne. El ponente explicó que en México existen alrededor de 260 ganaderías de bravo.

La conferencia se desarrolló como una conversación entre el ponente y el cronista taurino Arturo Vaca, quienes hablaron sobre diferentes tópicos acerca de la crianza de este tipo de ganado, que resumimos enseguida:

La selección de vacas para reproducción se realiza mediante la tienta, donde se observan las reacciones, la forma de embestir y las características físicas de cada animal; el ganadero elige de esta forma cuáles considera más aptas para ser madres. Las que no son seleccionadas se curan de las heridas que sufrieron en la tienta y se engordan para destinarlas al rastro.

El becerro tiene bravura desde su nacimiento, embiste a otros animales o personas e, incluso, a la madre. A los tres o cuatro meses estos animales ya son territoriales, por lo que son comunes las peleas en el campo, lo que hace necesaria su separación en corrales.

Las características fenotípicas de la hembra y el macho, con base en los papeles, es decir, en su linaje, son el fundamento para la decisión de las cruzas.

La ganadería San Constantino cuenta con linajes de diferentes ganaderías, aunque desde 2012 están depurando su ganado y forjando su propio encaste.

Las vaquillas o novillos que mueren en el campo, a causa de las peleas entre ellos o a manos de novilleros, son consumidos en la misma ganadería.

La consanguinidad en los toros de lidia es común, aunque se debe cuidar para evitar el nacimiento de crías con malformaciones.

En la ganadería San Constantino prefieren destinar su ganado a corridas, puesto que los novillos no han podido lucir en festejos por la inexperiencia de los novilleros.

El precio de un toro para un festejo depende de la categoría de la plaza: para una de primera, como puede ser la Nuevo Progreso de Guadalajara, puede ser de 80 mil pesos; en las de tercera, como la de Tecolotlán, puede costar entre 20 y 25 mil pesos.

El ponente hizo una amplia exposición sobre los cuidados y el manejo de los toros que se embarcan hacia una plaza, un trabajo muy riesgoso tanto para los animales como para quienes los llevan. Este manejo siempre debe realizarse entre dos o más personas, las mismas que atienden a los toros en la ganadería, puesto que son a ellas a quienes reconocen. En el caso de Autlán, el desembarque es complejo porque a la hora que se realiza suelen haber personas trabajando en el escenario que se instaló horas antes para el concierto nocturno en el ruedo, además de otros elementos como plantas de luz, lo que provoca ruido y movimiento que pone nerviosos a los toros.

La conferencia fue ampliamente comentada por los asistentes, quienes también hicieron preguntas sobre el manejo de los toros de lidia y el destino que tienen una vez muertos en la plaza o luego de ganarse el indulto.

Durante la plática con Ángel Blanco.


Al terminar esta conferencia, se estableció comunicación por videollamada con el guitarrista regiomontano Ángel Blanco, quien reside en Quebec, para escuchar una plática sobre el autlense Rafael Adame, autor de un concierto para guitarra y orquesta y uno de los músicos que compusieron obras microtonales, con su maestro Julián Carrillo. Ángel dio una semblanza biográfica de Adame, de quien dijo que nació en Autlán el 11 de septiembre de 1904 y aquí tuvo a sus primeros maestros, entre quienes se cuenta a Nicolás Sánchez, aprendiendo música clásica y popular.

En 1923, Adame marchó al Conservatorio Nacional, que era dirigido por Julián Carrillo, donde se tituló en 1925 como guitarrista, el primero en México. Comenzó a trabajar con Carrillo en el Grupo 13, haciendo música microtonal con una guitarra especial construida por el laudero jalisciense Baudelio García. Adame compuso al menos cuatro obras microtonales y contribuyó a la escritura numérica ideada por Carrillo; luego de que éste saliera del país, Adame trabajó en la Escuela de Bellas Artes y como violonchelista en la Sinfónica Nacional.

En la conferencia de Ángel Blanco también escuchamos un fragmento de una entrevista con la señora Luz María Ochoa, sobrina de Adame, quien compartió algunos detalles de su personalidad y del destino que tuvo parte de su obra, que quedó en acervos de instituciones fuera del país. Ángel Blanco, para concluir su intervención, compartió que el compositor gabrielense Blas Galindo compuso, en la década de 1970, un concierto para guitarra eléctrica y orquesta, pensando en Carlos Santana, otro gran guitarrista autlense.

Esta plática fue un primer acercamiento de Ángel Blanco con Autlán, que en un futuro cercano podría materializarse en una visita para dar una conferencia más amplia sobre Rafael Adame. Blanco, por cierto, grabó parte de la obra de Adame a principios de la década pasada, con el seudónimo de Ángelos Quetzalcóatl, misma que se puede escuchar en YouTube.

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