martes, 23 de agosto de 2022

Jornada de clausura del VI Festival Áurea Corona 1: una mañana dedicada a don Jaime Gómez Vázquez

Guillermo Tovar, Rosa Rodríguez, Daniel Flores y Jaime Gabino Gómez, en el orden acostumbrado.

El domingo 21 de agosto fue la tercera y última jornada del VI Festival Áurea Corona, que en su parte presencial estuvo dividida en dos segmentos. El primero de ellos se celebró en el salón de usos múltiples del Museo Regional, donde comenzaron las actividades a las 11:10 horas, que a esa hora tenía aún una muy pobre asistencia, que rondaba los 20 espectadores, pero que iría mejorando conforme transcurrían los minutos.

La primera actividad llevó como título Mesa de diálogo sobre la conformación de bandas y orquestas en la región y la obra del maestro Jaime Gómez Vázquez y en ella participaron la señora Rosa Estela Rodríguez Mardueño, ex integrante de la estudiantina del Instituto Autlense; los maestros Daniel Flores Regalado, coordinador de la licenciatura en Artes del CUCSur, y Jaime Gabino Gómez Acosta, director de la Banda Autlán, y el cronista de Autlán, Guillermo Tovar Vázquez.

Fue el cronista quien tuvo la primera oportunidad en el uso de la voz, que empleó en explicar a los asistentes la forma en que se desarrollaría la mesa: cada participante tendría una intervención de alrededor de 15 minutos, con la posibilidad de intercambiar puntos de vista o hacerse preguntas; al final, el público podría hacer preguntas o comentarios.

Al terminar la explicación, el cronista pasó a exponer su tema: la conformación y el desarrollo del Orfeón Proa, grupo coral formado en 1949 como parte de las actividades del Grupo Cultural Proa, fundado por el presidente del Consejo Municipal que se instaló en Autlán en ese año al declararse nulas las elecciones para un nuevo Ayuntamiento en 1948. El presidente, Francisco Espinosa Sánchez, había sido enviado por el Congreso local para hacerse cargo de la administración municipal, cosa que hizo con prudencia y honestidad. Pero, músico de profesión y promotor cultural (cuando el término quizás no había sido acuñado) por vocación, se dedicó en sus tiempos libres a promover la actividad cultural. En el caso del orfeón, él mismo enseñó a cantar a sus integrantes, procedentes de todos los grupos sociales autlenses, y los llevó a presentarse en varios municipios de Jalisco, incluyendo varios conciertos en el Teatro Degollado y, en el apogeo de su carrera, a una gira por la ciudad de México, en febrero de 1952, donde cantaron en los principales foros del país: el Palacio de Bellas Artes, el Conservatorio Nacional de Música, la Hora Nacional, la residencia oficial de Los Pinos. El grupo, según Guillermo Tovar, fue conformado por convocatoria pública que se hizo de boca en boca; aunque pareciera que se creó de la nada no fue del todo así, puesto que en el pueblo había una cultura musical muy rica. El maestro Jaime Gómez, dijo, hizo arreglos para que fueran cantados por el orfeón, incluyendo uno del Ave María de Schubert.

El profesor Daniel Flores Regalado comenzó su intervención haciendo referencia a la rivalidad que existe entre El Grullo y Autlán, que se manifiesta sobre todo en los ámbitos deportivo y musical. Recordó la primera ocasión que escuchó la marcha Viva Autlán en la plaza Alberto Balderas, interpretada por la Banda Autlán, y la consiguiente reacción del público, que dejó de atender lo que ocurría en el ruedo para manifestar con baile y palmas su alegría por escucharla, lo que para el profesor Flores demuestra que la música les da identidad a las comunidades. De la creación de bandas y orquestas, considera que tiene el objetivo principal de “hacer mejores ciudadanos mediante la música”, y recordó su experiencia representando al país en los desfiles del 16 de septiembre en la ciudad de México como integrante de la Marina o tocando el Himno Nacional en el extranjero, sintiendo una emoción indescriptible. La música, dijo, ayuda a socializar, a mantener cohesionado al grupo social.

La señora Rosa Rodríguez recordó su trato con el profesor Jaime Gómez, quien fue su maestro de música en el Instituto Autlense, donde se conformó una estudiantina con sus alumnas en 1967. Ellas no sabían nada de música y el profesor Jaime les enseñó desde cero a tocar un instrumento. De esta forma tuvieron muchas presentaciones en Autlán, en alguna de ellas fueron ovacionadas de pie por el público en pleno, lo que fue una experiencia inolvidable para las integrantes de la estudiantina.

El profesor Jaime Gabino Gómez comenzó agradeciendo que se tomara en cuenta a su padre para dedicarle esta edición del festival. Recordó lo que dejó escrito el doctor José María Casillas, en el sentido de que Autlán tuvo una banda bien estructurada ya en 1850, que con altibajos se ha mantenido hasta la fecha. Un obstáculo para que esta banda se mantenga a un alto y constante nivel, afirmó, es la ignorancia de algunas autoridades municipales, otro es la alta rotación de integrantes, que abandonan la banda para buscar un trabajo mejor remunerado, aunque este fenómeno puede deberse también a la cultura musical en el grueso de la población, que se ha ido manteniendo a la baja.

El profesor Gabino recordó algunas de las orquestas que han existido en Autlán: la de 1905-06, dirigida por Feliciano García; la de 1938, dirigida por Jesús Martínez, con músicos de Autlán y El Grullo y que se formó para recaudar fondos para que Moisés Alatorre pudiera estudiar en el Conservatorio; la de 1942, también de Jesús Martínez… también hubo orquestas de baile, como la dirigida por Moisés Casillas en la década de 1940, que lo mismo tocaba música tropical que jazz.

Por último, recordó lo que dijo Miguel Carvajal en su libro sobre la historia de la Banda El Grullo: que la historia musical de El Grullo nació en Autlán, al haber sido el clarinetista autlense Santos Arreola quien formó músicos en El Grullo para la conformación de la banda.

José María Godoy.


Al terminar la mesa, el joven pianista José María Godoy Núñez ofreció un breve recital con dos piezas: el Vals op. 64, no. 1 (Vals del minuto), de Chopin, y el Impromptu op. 90 no. 2, de Schubert.

El siguiente momento fue la exhibición de un video sobre la vida y la obra del maestro Jaime Gómez Vázquez, producido por el Ayuntamiento de Autlán y conformado con textos en los que se explican pasajes de su vida, con fragmentos de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Autlán dirigida por Jaime Gabino Gómez y un video del director de la Banda Autlán tomado en el kiosco de Tolimán, donde habla de su padre, a quien define como un “misionero del arte”.

El resto del video se compone de testimonios de personas que conocieron de cerca al maestro Jaime Gómez, en la ya mencionada estudiantina, en la Banda Autlán, en la plaza de toros o como profesor de música: Pedro Michel Zermeño, Moisés Tapia Chagolla, Juan Flores Toscano, Rosa Estela Rodríguez Mardueño, Bertha Villaseñor Valencia, Maruca Julián García, Rosa Meillón Johnston, Virginia Corona Pelayo, Alfredo Núñez Guzmán, Ma. Estela Villaseñor Anguiano, Ramón Uribe Valle, Rodrigo Ramos Zúñiga, entre otros.

Concierto a dos pianos.


Y, para terminar la sesión, tuvimos otro concierto de piano, el último de esta edición del festival, a cargo de Hilly Martín del Campo y de Jorge Luis Godínez Castellanos y José Ignacio Salcido Rea, de la siguiente forma:

Piano solo:

Hilly Martín del Campo tocó Tico Tico, de Zaquinha Abreu y José Ignacio Salcido Rea interpretó los tres preludios de George Gershwin.

Dos pianos, por Godínez Castellanos y Salcido Rea:

Libertango, de Astor Piazzolla.

Una variación de I got rhythm, de Gershwin.

Rhapsody in blue, de George Gershwin, que hizo recordar la magistral interpretación de esta misma pieza por Alejandro y Claudia Corona en el primer festival Áurea Corona.

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