Los trabajos de la tarde se
desarrollaron bajo la dirección del profesor Carlos Efrén Rangel, quien abrió
la sesión con una breve exposición sobre Trinidad Lepe: datos biográficos, algo
de su obra y el hecho de que, a pesar de haber nacido en Tonaya, es más
reconocido en Colima, por haber vivido y escrito allá durante muchos años.
Enseguida, y como esta vez
asistieron nuevos lectores al club, se realizó una ronda de presentación en la
que cada uno dábamos nuestro nombre y mencionábamos algo de lo que nos dejó el
cuento. A varios de los participantes el cuento les trajo recuerdos de
situaciones conocidas de cerca: abandono de niños a su suerte, bullying,
personas que sufren enfermedades sin acceso a servicios de salud adecuados… no
faltó quien habló de la capacidad narrativa o de descripción del autor o el uso
de lenguaje regional. Pero lo que se llevó la atención de la mayoría fueron
tres conceptos: amistad, resiliencia y sufrimiento. La amistad que existía
entre Daniel y el narrador, los protagonistas del cuento, que perduró a pesar
de los caprichos del destino; la resiliencia de que fue capaz Daniel al salir delante
de un estado de postración y de las burlas de los niños del pueblo y el
sufrimiento que este personaje padeció en su infancia y al final de su vida.
La segunda parte de la sesión se
desarrolló dividiendo a los 16 asistentes en cuatro equipos, cada uno de los
cuales auscultaría a Daniel y produciría un diagnóstico. El primero hizo un diagnóstico
médico, del que resultó que su padecimiento pudiera ser lepra, según los
síntomas que describe el autor; el segundo revisó su corazón y halló un
maltrato físico y psicológico propinado por la madre, lo que produjo en Daniel
un perfil que pudo haber desembocado en el suicidio pero fue salvado por la amistad;
el tercero determinó que el ambiente social en el que vivió Daniel era un
pueblo rural mexicano de la primera mitad del siglo XX, con carencias sociales,
ignorancia y caridad entre vecinos. El último grupo aseguró que la cura para
Daniel estuvo en el cambio de ambiente, la aceptación del tío (que también
padecía una enfermedad que lo segregaba de su comunidad, la llamada jiricua)
y su fe en el boticario del pueblo.
El diagnóstico del corazón. |
Para terminar la sesión, el
profesor Rangel indicó una actividad novedosa: cada participante tendría que
escribir en un papel un mensaje para su yo del futuro, donde le dijera algo que
le serviría dentro de un año. Todos los mensajes fueron guardados en una bolsa
de regalo, que fue sellada con grapas y será abierta el martes 6 de junio de
2023, en una sesión de este club de lectura.
Esta fue la última sesión de
lectura y análisis de cuento de este club. El mes de julio estará dedicado a
leer la novela La migraña, de Antonio Alatorre, en cuatro sesiones que
se celebrarán los cuatro martes de ese mes en la biblioteca Paulino Navarro,
para culminar con una visita a los lugares importantes en la vida de Alatorre
que existen en Autlán, el sábado 30 de julio. Todo esto como una conmemoración
del centenario de este filólogo autlense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario