Con una duración de poco más de
una hora, la obra ofrece un muestrario de relaciones conflictivas entre madres
e hijos, mediante breves sketches. Así, vimos a madres que manifestaban
su amor y devoción por sus hijos de distintas formas, desde la sobreprotección
hasta el chantaje, pasando por todos los matices. Todas estas madres encabezan
familias en un mismo barrio y sus historias, independientes entre sí, tienen
como hilo conductor las mordaces conversaciones de dos señoras chismosas que,
entre cada escena, comentan la vida y milagros de sus vecinos.
Todos los personajes son
representados por dos actrices, Yiyi Legaspi y María Fernanda Muñoz, que cambian
de escena dentro del mismo escenario valiéndose de dos mamparas que les sirven
de fondo y gracias al trabajo de iluminación, logrado con solo dos reflectores,
uno por cada mampara. Con esto, se transforman en las dos señoras chismosas
para enseguida convertirse en la madre y el hijo de la siguiente escena.
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