La mañana de este sábado 3 de
octubre el capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y
Estadística del Estado de Jalisco celebró su sesión ordinaria, mediante la
aplicación Zoom. El anfitrión de la sesión fue el cronista Carlos Martín Boyzo
Nolasco, quien presentó el trabajo titulado Un
viaje a Autlán… enero de 1887, ante unas 15 personas.
La presentación de Boyzo comenzó
a las 11:00 horas en punto e inició con la explicación de que su trabajo está
basado en la publicación en el diario El Nacional, en febrero de 1887, de la
crónica de un viaje realizado en enero del mismo año desde Guadalajara hasta
Chamela, vía Sayula. Extraídas de esta crónica, el expositor nos compartió las
detalladas e interesantes descripciones de toda la ruta, que son tan vívidas
que nos transportan a esos tiempos.
De las críticas que hacen los
autores de la crónica al fanatismo que observaron en el pueblo de Sayula pasan
a San Gabriel, al que encuentran más animado pero con fincas de menor
elegancia. Los viajeros siguen describiendo los lugares entre San Gabriel y
Autlán, que 30 años después verían nacer a Juan Rulfo.
Ya en el valle de Autlán
mencionan poblados desaparecidos, como Zacapala y la Cruz de Piedra (este
último desconocido por Boyzo y quienes lo escuchábamos), y otros que aún
existen y gozan de cabal salud, como El Mentidero. Mención aparte merecen El
Limón y El Grullo, a los que ya describen como pueblos y con construcciones de
importancia, como sus templos.
A Autlán lo describen de forma
más extensa puesto que aquí permanecieron un par de días. Califican de hermosos
los alrededores del pueblo, por su vegetación y la exuberancia de sus huertas,
entre las que mencionan una de nombre La Paloma, que podría haber estado
ubicada en las inmediaciones del actual barrio de ese nombre. Resaltan de
Autlán su población, que ronda los 8 mil habitantes, sus calles torcidas y
aseadas, su iglesia sencilla y bien atendida.
A los viajantes les tocó
presenciar aquí unas fiestas, al parecer previas al Carnaval, en las que había
funciones de gallos. Como asistieron a una, describieron minuciosamente la
plaza o palenque, el ambiente y hasta la mala música de un conjunto proveniente
de Tenamaxtlán. También incluyen el gracioso episodio del enamoramiento de uno
de ellos hacia una joven autlense, cuyo idilio termina abruptamente cuando la
chica interrumpió los febriles devaneos del galán para gritarle a unas vacas que
se negaban a entrar al corral de la casa.
De Autlán los autores de la
crónica partieron a la Costa, vía Chiquihuitlán y Purificación, para llegar a
Chamela. Al pasar por el Puerto del Obispo encontraron “magníficos y
espléndidos paisajes”, aunque el camino a la Villa apenas puede considerarse de
herradura, por lo mal conservado que lo observaron. Mencionan el rancho de San
Miguel, propiedad de una familia Niz, y otros aledaños en los que se producía
añil, frutas, maíz, derivados de la caña y otros.
Siguiendo un “variado, poético y
sinuoso” camino por la Costa de Jalisco llegaron a Chamela, donde encontraron
una espléndida casa de dos pisos propiedad de la familia Castaños y una aduana.
Pero en el paso por la Tierra Pródiga encontraron tal variedad y riqueza de formas
de vida, de fertilidad y de belleza que asentaron en su crónica que “el pintor
y el poeta hallan en estas tierras fuentes inagotables de estudio e inspiración”.
La exposición propició una buena cantidad de comentarios de los asistentes, la mayoría de los cuales lamentaron la pérdida de recursos naturales en la Costa en los últimos años. La descripción que nos compartió Carlos Boyzo nos permitió conocer mejor la fisonomía y la historia de nuestra región.
No hay comentarios:
Publicar un comentario