sábado, 7 de septiembre de 2019

Conferencia sobre Carlos María de Bustamante y la épica mexicana en el Museo Regional


La mañana de este sábado 7 de septiembre el capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco celebró su sesión ordinaria correspondiente a este mes, en el salón de usos múltiples del Museo Regional. Con la asistencia de unas 20 personas, la parte pública de la sesión inició pocos minutos después de las 11:00 horas.
El anfitrión de la sesión fue el maestro Jesús D. Medina García, quien expuso su trabajo "Carlos María de Bustamante y la épica mexicana". El maestro comenzó su presentación explicando el contexto social y político nacional e internacional en el siglo XIX, caracterizado por los cambios constantes y, en el caso de México, por la lucha entre distintas visiones de país tratando de imponer una organización política. Desde el inicio de la Guerra de Independencia, dijo, el país prácticamente no conoció una década sin conflictos armados: la Guerra de Texas, la invasión norteamericana, la Guerra de Reforma, la Intervención francesa... En el ámbito social, existían grupos bien definidos, cada uno con sus propios intereses.
En este punto el ponente lanzó la pregunta de si había una identidad mexicana antes de la independencia. Ante la respuesta negativa, mencionó a algunos intelectuales decimonónicos que hicieron algunos aportes para la construcción de una identidad: fray Servando Teresa de Mier, Lucas Alamán, Francisco Xavier Clavigero, José Antonio de Alzate, José María Luis Mora y Mariano Otero. Y, desde luego, Carlos María de Bustamante.
Este último personaje, según nos contó el maestro Medina, nació en Oaxaca en 1774 y falleció en 1848 y fue el primero en utilizar el término "mexicanos" para referirse a los habitantes del territorio que fue la Nueva España. Bustamante aportó al imaginario nacional las historias (o mitos) de Narciso Mendoza "el Niño Artillero" y del Pípila, ampliamente conocidas y difundidas en la historia oficial desde entonces, con los que habría creado héroes nacionales extraídos del pueblo, que ayudaron a fortalecer la identidad mexicana. En estas primeras y caóticas décadas de vida independiente, en las que el país vivía bajo la amenaza constante de otros países, era necesario crear héroes que aseguraran un sentido de pertenencia.
El trabajo del maestro Medina estuvo basado en dos libros, diferentes y complementarios entre sí: La fuerza de la palabra impresa, del doctor Roberto Castelán Rueda, y La vida azarosa y romántica de don Carlos María de Bustamante, de don Victoriano Salado Álvarez, fruto de una tesis académica el primero y un relato casi literario el segundo. Es decir, dos formas distintas de contar la historia.
Luego de una reflexión sobre la necesidad de contar con figuras heroicas que sirvan como asidero al sentimiento de pertenencia a una comunidad, para lo que puso como ejemplo a los Niños Héroes de Chapultepec, el maestro Jesús Medina se despidió asegurando que "todos tenemos nuestros grandes o pequeños héroes".

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