Foto de Carlos Pacheco |
Por María del Carmen Rubio
La mirada se detuvo,
la emoción se conturbó,
sensación de éxtasis
por el arrobamiento
placidez del momento
en el preciso instante
que el ojo lo aceptó.
Y se captó la toma
de las cosas pequeñas
para el artista grandes
hechas por el Creador.
Buscando la belleza
de la naturaleza,
entre la maleza,
entre la aspereza
del mágico entorno
de las hojas muertas
doradas de otoño,
perfil de silueta
legendario tronco hueco
vacío por el tiempo.
La blanca flor exótica
esparciendo su aroma
y la abeja tomando
el néctar de su miel.
El pájaro en su nido
trinando sin cesar
acoplando su trino
en la bella floresta.
Donde el venado bebe
del cristalino afluente
gozando del paisaje
visible del remanso,
la tenue mariposa
con su leve aleteo
escogiendo la flor
en la cual reposar.
Mirarle alas al viento
y percibir su canto
de sinfonía otoñal
de armonía sin fin.
En el encanto ignoto
donde duermen los lotos
y se mecen los sueños
para no despertar...
Los segundos y horas
los meses y los años
son tan solo momentos
de momentos logrados.
Octubre 26 de 2013.
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