martes, 21 de mayo de 2024

Terminó una nueva temporada de serenatas del grupo cultural La Banca

Mariachi Azteca.

 El domingo 19 de mayo, por la noche, tuvo lugar en el kiosco de jardín Constitución la décima y última serenata de la primera temporada 2024 del grupo cultural La Banca. Para el cierre de la temporada, se presentaron el mariachi Azteca y la Banda Autlán, que ofrecieron una velada de casi dos horas de música. Todo comenzó a las 20:00 horas y convocó a unas 200 personas.

El mariachi Azteca, que dirige Alex Casillas, fue quien abrió la serenata, interpretando el son El gavilancillo. A lo largo de casi una hora siguieron los ya inevitables popurrís de canciones de compositores “románticos”, como Joan Sebastian o Leo Dan, que tanto gustan a la mayoría del público, entre otras canciones populares modernas. El mariachi estuvo reforzado para esta ocasión por el violinista Óscar Rosales, aunque sus principales activos siguen siendo sus músicos jóvenes, cuyas voces y calidad de ejecución se pueden calificar de excepcionales.

Banda Autlán.


La segunda parte de la serenata estuvo a cargo de la Banda Autlán, dirigida por el profesor Jaime Gabino Gómez. Fiel a su costumbre, la banda ofreció un repertorio muy variado, en el que escuchamos pasodobles, chachachá, danzones, entre otros géneros; su actuación fue un inmejorable cierre de temporada, teniendo en cuenta el objetivo de los organizadores: mejorar el ambiente de las noches de domingo en el centro de Autlán y revitalizar la dinámica social autlense.

Carlos Guadalupe Morán, uno de los organizadores de la temporada de serenatas, afirmó que al terminar la temporada de lluvias, más allá del mes de octubre, posiblemente se realice una nueva temporada. Las serenatas dominicales comenzaron a organizarse por el grupo cultural La Banca en marzo de 2008, al notar sus integrantes que los jardines del centro de Autlán lucían vacíos y sin actividad, al dejar de ser el principal sitio de reunión de los autlenses, ante los cambios en los hábitos sociales: para entonces, ya era más común asistir a algún lugar cerrado, como un bar, mientras otros lugares públicos, como la Alameda, comenzaban a ser más populares, todo en detrimento del centro de Autlán. La respuesta del público a las serenatas habla de una necesidad cultural que está siendo satisfecha por ellas, por lo que se debe apoyar para que continúen.

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