En la ceremonia participó también
el Cuarteto Autlán, integrado por Jaime Gabino Gómez Acosta al piano, Carlos
Guadalupe Morán Bautista en el acordeón, Víctor Rafael Ambriz Morán en el
violín y Salvador Gómez Acosta en el contrabajo. En distintos momentos del
programa, este grupo musical interpretó el vals Lencha, de Clemente
Amaya, La vida en rosa, de Louis Guglielmi, el vals Olímpica, de
José Herrera, A media noche y, para cerrar la ceremonia, el pasodoble Zotoluco,
de Carlos Guadalupe Morán.
Luego de las dos primeras piezas interpretadas
por el cuarteto, el maestro de ceremonias cedió el uso del micrófono a Martha
Florentina Corona Santana, socia de la BSGEEJ, quien leyó un texto que preparó
para esta ocasión, conteniendo una biografía de Monroy. En ella menciona los
nombres de sus padres y los domicilios en que vivió en Autlán antes de su
partida a la ciudad de México, quiénes fueron sus maestras en la escuela
primaria y su paso por la banda municipal de Autlán tocando el saxor. De aquí,
su paso por la Academia de San Carlos, sus viajes a Europa y su obra mural y de
caballete, su regreso a Autlán de forma definitiva y la creación en 1999 del
premio regional de pintura José Atanasio Monroy, organizado en sus inicios por el
Centro Universitario de la Costa Sur y que actualmente es una bienal
internacional que convocan la Secretaría de Cultura de Jalisco y la Universidad
de Guadalajara.
El maestro Jesús Donaciano Medina
García, académico del Centro Universitario de la Costa Sur, dio enseguida otra
semblanza de Atanasio Monroy, aunque ésta enfocada más en su obra: la
influencia de Saturnino Herrán y Diego Rivera, su cercanía con el muralismo
mexicano y, sobre todo, los tres murales que pintó, en el Centro Escolar
Chapultepec de Autlán y en la Escuela Vocacional (hoy Centro Universitario de
Ciencias Exactas e Ingenierías) y el Parián de Guadalajara. El maestro Medina
también se refirió al que hubiera sido su cuarto mural, que se pintaría en el
cubo de la escalera de la Presidencia Municipal de Autlán durante la administración
del presidente municipal Gabriel Lima Velásquez y cuyo permiso fue cancelado
por el Ayuntamiento, cuando ya estaba otorgado. Don Atanasio, dijo, tuvo que
elegir en su juventud entre el arte de la música y el de la pintura; a partir
de esta elección tuvo clara su vocación.
José Alfredo Jiménez. |
La tercera intervención de la
mañana fue de José Alfredo Jiménez, quien fuera el último alumno de don
Atanasio. Él recordó a su maestro como un ser resiliente, que tuvo que sortear
obstáculos y dificultades desde su infancia, ninguna de las cuales le impidió
seguir su vocación: su temprana orfandad, su soledad en México, los conflictos
políticos que le impidieron en distintos momentos la creación o seguimiento de
su obra (la ya mencionada cancelación del permiso para pintar el mural de la
Presidencia y la defenestración del gobernador Marcelino García Barragán, que obstaculizó
la conclusión de su mural en la Vocacional son dos ejemplos) y la embolia que
sufrió antes de su regreso a Autlán, a una edad ya avanzada, que le paralizó la
parte derecha del cuerpo y que don Atanasio sorteó aprendiendo, a esas alturas
de su vida, a pintar con la mano izquierda.
Después de este mensaje se procedió
a la instalación de dos guardias de honor: la primera con trabajadores del Ayuntamiento
y representantes de grupos culturales y la segunda de la Benemérita Sociedad de
Geografía y Estadística del Estado de Jalisco.
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