viernes, 24 de diciembre de 2021

Voces sepultadas en los archivos 24: la venta de un lote que se ha convertido en "letrina pública"

 

Plano del terreno en cuestión.


El 24 de diciembre de 1956, mediante el decreto 7105, el Congreso del Estado facultó al Ayuntamiento de Autlán de Navarro para enajenar un predio ubicado en la calle Valentín Gómez Farías, entre Ángel Martínez y José Corona Araiza, destinando el producto al mejoramiento y reconstrucción de la escuela de niños de Los Arquitos, hoy escuela Reforma. El decreto fue publicado el 3 de enero de 1957.

Este predio, que corresponde a la acera completa del domicilio actual de la escuela de idiomas Proulex, quedó baldío luego de la demolición que se ejecutó en esa manzana para conectar la calle de Gómez Farías con José María Mercado, hacia el norte, y era propiedad municipal.

El Ayuntamiento de Autlán, presidido por el señor Leopoldo Godoy Cisneros, había solicitado permiso de venderlo porque el lote se había convertido en "letrina pública" y, por consiguiente, en un foco de infección y de atentados a la moral pública. También se le consideraba una carga para la administración municipal por tener que mantenerlo vigilado constantemente con policías; además de ser "completamente inútil", por su extensión.

El presidente Leopoldo Godoy presentó su iniciativa de vender este lote en sesión ordinaria de Ayuntamiento del 24 de marzo de 1956, en la que fue aprobada por unanimidad. En la misma sesión se nombró como peritos valuadores para determinar el precio de este terreno al industrial Jesús Villaseñor Uribe, al comerciante Juan Hanón Cárdenas y al reconocido albañil José Gómez Llamas, constructor de la plaza de toros Alberto Balderas. Ellos fijaron el precio del metro cuadrado de este lote en 40 pesos, dando un precio total de $7,245.60.

Estos hechos ocurrieron apenas unos meses después de la mudanza de la familia Santana Barragán, incluido el niño Carlos, a Tijuana, quienes vivieron a pocos metros de este infausto lote, por la calle de Ángel Martínez. Otros vecinos notables fueron los Gómez Acosta, matrimonio conformado por el profesor Jaime Gómez Vázquez y la señora Julia Acosta, padres del también profesor Jaime Gabino Gómez y continuadores de una dinastía musical que ya rebasa los cien años.

Es el famoso barrio de La Sirena, en el que nació Carlos Santana y en el que, según testimonios de quienes vivieron ahí en esos años 50, se escuchaba música constantemente a lo largo del día, en los ensayos de don José Santana, del también violinista Ramón Corona y de sus compañeros músicos.

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