El doctor Preciado presentó su
trabajo Reflexiones sobre la ecpatía, en el que nos explicó las características
de esta forma de interacción humana. Comenzó definiendo a este concepto como un
opuesto complementario de la empatía, de la que hemos oído hablar mucho más que
de la primera, aún en el habla coloquial.
Como sabemos, la empatía es esa
capacidad para “ponernos en los zapatos del otro”, de percibir y entender sus
sentimientos y circunstancias sin necesidad de que nos lo diga. Como herramienta
para profesionales de la ayuda, explicó el ponente, la empatía es una forma de
captar información, permite calibrar y darnos cuenta de lo que le sucede a la
persona con la que interactuamos.
Por su parte la ecpatía es una
acción mental compensatoria, más o menos voluntaria, que evita la “inundación
afectiva”, un contagio de las emociones del otro que puede convertirse en una
complicación. Etimológicamente significa “sentir fuera” y consiste en la exclusión
de sentimientos y motivaciones inducidos por el otro, es una situación de
autoprotección y no de rechazo o desinterés, como serían la antipatía o la
apatía.
El equilibrio entre empatía y
ecpatía, según el doctor Preciado, es posible y puede ser aprendido a cualquier
edad, teniendo en cuenta que el otro no es uno mismo. Para terminar su
exposición, que incluyó la explicación de conceptos como maternaje, el doctor mencionó
los elementos de la educación en ecpatía:
* Detección y comprensión del
contagio emocional.
* Percepción de la otredad y
delimitación de los propios sentimientos.
* Devolución de los sentimientos
ajenos a su fuente.
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