Según don Ernesto Medina Lima fue el presidente de la República Adolfo López Mateos quien inauguró la colonia Guadalupe, construida por la Compañía Minera Autlán para dotar de casas a sus trabajadores. Esta inauguración ocurrió el 11 de diciembre de 1960.
En esta colonia, la más antigua de Autlán y que ahora está habitada mayormente por trabajadores del Ingenio Melchor Ocampo o sus descendientes, es una tradición muy arraigada la celebración de la fiesta de la virgen de Guadalupe, siendo el lugar donde se realiza con mayor concurrencia, a excepción de la parroquia de Las Montañas. Los festejos, consistentes en el canto de alabanzas y el rezo del rosario, se celebran cada año entre día 3 y el 12 de diciembre, a las 5:00 horas, frente a una imagen de bulto de la virgen, hecha de cantera y ubicada a un costado de la capilla con que cuenta este lugar.
Esta mañana tuvo lugar el último de estos festejos matutinos de esta temporada. Desde las 4:45 de la mañana ya había algunas decenas de personas reunidas alrededor del sitio donde se encuentra la imagen, que lucía adornado con arreglos florales, series de luces de colores y un toldo de tela de color claro. Con el termómetro marcando 14º C y con el agravante del sereno previo al alba, menudeaban entre los asistentes prendas poco comunes en nuestras tropicales regiones: gorros tejidos, guantes, cobijas, chamarras y suéteres más o menos gruesos.
En estas condiciones fue aumentando el número de participantes hasta redondear el número de cien, provenientes de la misma colonia y sitios cercanos, como las colonias Echeverría y Camichines y los barrios aledaños al Coajinque. A las 5:00 horas en punto comenzó la celebración de las mañanitas, que consistió en la entonación, en coro, por la mayoría de los asistentes, de las archiconocidas Mañanitas, más otros cantos guadalupanos: Buenos días, paloma blanca, La guadalupana, A ti virgencita (cuya música se parece mucho a la de Ay, Jalisco no te rajes), Eres pastora divina, Mañanitas guadalupanas, y Alma no estés tan dormida. Aunque muchos cantaban en voz alta, la guía la llevaban seis señoras sentadas justo frente a la imagen de la virgen, quienes además tenían la letra impresa de todos estos cantos. En esta ocasión el acompañamiento musical corrió a cargo de la banda Cielo Azul, con una alineación consistente en tambora, tarolas, tuba, dos clarinetes, trombón y trompeta. Los cantos terminaron justo a las 6.00 horas, momento en que la banda se despidió con la no muy guadalupana pieza instrumental El pato asado. En este momento la mayoría de las personas se retiró, quedando un grupo de unos 25 que rezaron un rosario.
Cantando alabanzas. |
La banda Cielo Azul. |
La organización de estos festejos corre a cargo de las catequistas de la capilla de la colonia Guadalupe y se financian con la celebración de rifas y otras actividades, además de con la aportación directa de los vecinos. Todas las mañanas se reparte libremente entre los presentes café, canela y pan. Hay personas que ya tienen casi cuatro décadas participando, año con año, en esta fiesta y recuerdan que en mañanas como la de hoy era mayor la afluencia de personas y la devoción de éstas. Sin embargo, la tradición no parece estar ni cerca de perderse.
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