Es común comentar en charlas de sobremesa (o de cualquier otro tipo) cómo las costumbres y la disciplina se han relajado en la sociedad, al punto de ver en nuestros días cosas impensables en las épocas anteriores. Comentarios similares a los que se han hecho siempre, en todas las épocas.
Como sea, en el Archivo Histórico Municipal de Autlán podemos encontrar un curioso documento que constituye un ejemplo del cambio de costumbres que se ha experimentado en el último siglo en cuanto al tratamiento de las llamadas "faltas administrativas." Se trata de un parte de novedades que el inspector de policía del Ayuntamiento, señor Francisco Gómez, le daba al presidente municipal, que entonces lo era el señor Alfredo Cuéllar Castillo, correspondiente al día 23 de junio de 1930.
El encargado de la seguridad pública únicamente le informaba al presidente sobre la detención de dos sujetos, por ebrios cansados ambos y también por faltas a la moral uno de ellos. Sin duda, se trató de un día tranquilo en el pueblo.
El parte, escrito a máquina, dice:
"C. Presidente Municipal.
Presente.
Pongo en el superior conocimiento de usted las novedades ocurridas durante las 24 horas del día anterior.
Manuel Reyes, se encuentra detenido por ebrio cansado.
Miguel García, se encuentra detenido por ebrio cansado y faltas a la moral en la vía pública.
SUFRAGIO EFECTIVO, NO REELECCIÓN
Autlán, Jal. Junio 24 de 1930
El Inspector de Policía
Francisco Gómez"
Suponemos que el término de ebrio cansado se refiere a un borracho a quien se encontró durmiendo en la vía pública. Y a los dos ebrios cansados se les detuvo en la cárcel municipal, cosa que actualmente no pueden hacer los policías municipales porque atentarían contra los derechos humanos de los beodos.
Curiosamente (o no tanto) aquella actitud iba muy en el sentido del Movimiento por la Templanza, que en los Estados Unidos mantenía vigente la famosa Ley Seca y cuya influencia se sentía también, como siempre, en México. Recordemos que en esta misma década el presidente Lázaro Cárdenas mandó destruir el Casino Agua Caliente de Tijuana y que uno de los vicios principales que pretendía combatir el cacique de Tabasco, Tomás Garrido Canabal, era precisamente el alcoholismo.
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