Texto leído durante el homenaje organizado por el Grupo Cultural Autlense el 17 de septiembre de 2016
Don Ernesto Medina Lima fue uno
de los últimos representantes de aquella generación de líderes autlenses que,
con decisión y amor por su pueblo, impulsaron desde el segundo tercio del siglo
XX el desarrollo de Autlán con gestiones y trabajo que vemos reflejados en
nuestros días con servicios cuya carencia mantenía a Autlán en un triste
subdesarrollo.
La apertura de la carretera a
Guadalajara, el acceso a servicios educativos de nivel secundaria y
preparatoria, servicios financieros y de salud, medios de comunicación, la
Sociedad Mutualista e, incluso, el conocimiento de nuestra microhistoria, son
algunas de las cosas que les debemos a don Jaime Llamas, Flavio Fierro, Felipe
Uribe, Daniel Ruiz Villalobos, Jesús Velázquez, don Ernesto Medina Lima y
otros.
El caso de don Ernesto es
excepcional: sin una formación académica superior, desempeñó trabajos en la
iniciativa privada y en el servicio público desde muy joven: con doce años
recién cumplidos ingresó a trabajar como dependiente en la tienda La Abeja. En
1943 se traslada a Guadalajara para trabajar en la empresa “Aceites, Grasas y
Derivados, S.A.”, momento en que comienza a prepararse en las disciplinas de la
Contabilidad, que desempeñaría profesionalmente poco después, cuando en 1947 se
mudó a Cihuatlán, ya casado con la señora Magdalena Pelayo, a trabajar como
contador de la Casa Morán, S.A. Trabajando para esta compañía fijó su
residencia en el puerto de Manzanillo, de donde regresó a Autlán en 1962 para
dirigir la radiodifusora XELD Radio Costa, cuya concesión estuvo tramitando
desde un año antes. Fue director, publicista y locutor de esta emisora decana
de la radio en la región hasta 1973, cuando comenzó su trabajo como valuador de
bienes inmuebles, que desempeñó hasta 1998.
En el servicio público también
comenzó muy pronto: su nombramiento como escribiente de la Secretaría del
Ayuntamiento de Autlán fue expedido el 12 de diciembre de 1933, cuando tenía 16
años recién cumplidos. Después sería regidor en la administración 1965-67 y secretario
y síndico en otras administraciones.
Don Ernesto fue impulsor de la
práctica organizada de los deportes con la fundación del Club Titanes, de los
servicios financieros con la Caja Popular Cristóbal Colón, de los servicios
médicos con la delegación Autlán de la Cruz Roja Mexicana, de la actividad
cultural con el Grupo Cultural Autlense… sin embargo, son dos las actividades
por las que seguramente más se le recuerda: el impulso de los medios de
comunicación, con la ya mencionada fundación de Radio Costa y como corresponsal
del diario tapatío El Informador entre 1971 y el año 2000 y, sobre todo, como
cronista municipal: aún antes de contar con el nombramiento para este cargo,
don Ernesto ya tenía una respetable cantidad de publicaciones sobre historia
local, que se incrementaron a partir de 2000, cuando salió a la luz Crónicas de Autlán de Navarro, Jalisco,
libro publicado por la Universidad de Guadalajara y que fue el primero de un
autor autlense en presentarse en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Sus publicaciones, en libros, revistas, periódicos y aún en emisiones radiales,
son fundamentales para conocer y entender el devenir de la sociedad autlense
durante el siglo XX.
Queda pendiente, para quien pueda y quiera
hacerlo, una recopilación de las colaboraciones de don Ernesto para El
Informador y una reedición de sus principales obras, que desde hace algunos
años se encuentran agotadas.
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