Publicado originalmente en Letra Fría.
La semana pasada Letra Fría publicó (y le ha estado dando seguimiento) la noticia de que a partir del 1 de enero pasado Autlán dejó de formar parte de la región Costa Sur para pasar a la Sierra de Amula, dentro de un proceso de reacomodo (otro más) de la regionalización que desde hace algunas décadas se estableció en Jalisco.
Este tipo de reorganizaciones tienen efectos en asuntos administrativos y de gobierno, como la distribución de recursos estatales a los municipios y el establecimiento de sedes regionales de dependencias gubernamentales. Sin embargo, en el caso específico de Autlán, también parece que puede existir una afectación en la identidad de sus habitantes, acostumbrados (por lo menos los autlenses contemporáneos) a considerarse costeños y no serranos.
Sin embargo, esto no tendría por qué ser tan traumático. Autlán, como comenté aquí hace un par de semanas, está ubicado en una región de fronteras: para el asunto que nos ocupa hoy, está muy cerca del límite geográfico de la costa, pero también muy cerca de los municipios más importantes de la sierra de Amula, que son con los que en los últimos años los autlenses hemos tenido más intercambio económico y social.
Si acudimos a la historia regional, en la primera mitad del siglo XX los autlenses no parecen haber tenido demasiada relación con los pueblos de la costa: aunque sí había un camino de herradura desde Autlán, pasando por Purificación, las vías de comunicación modernas no se abrieron sino hasta los años 1930. Antes de esto, las relaciones comerciales y sociales más fuertes de los autlenses fueron con el centro del Estado (aunque la comunicación con aquella región tampoco fuera tan fluida). Además, antes de la Convención Pro-Economía de la Costa de 1944 (a fin de cuentas un proyecto gubernamental, como la regionalización), a nadie parece habérsele ocurrido el mote de Puerta de la Costa o considerar a Autlán como municipio costero.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que esta regionalización solamente es un asunto burocrático, para facilitar la administración pública. Para nada debe influir en los procesos sociales que, por el contrario, son los que dan la pauta para estos cambios: si los autlenses estamos a 17 kilómetros, sin barrancos, y formamos un área metropolitana con el municipio más importante de la sierra de Amula, si cada día cientos de grullenses vienen a Autlán y se encuentran en la carretera con cientos de autlenses que van a El Grullo y si, además, compartimos una importante cuenca hidrológica, lo más lógico es que formemos parte de una misma región administrativa.
Culturalmente, este cambio en realidad no cambia nada.
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