Publicado originalmente en Letra Fría.
José López Fernández, Canito, es un pintor español
especializado en el tema taurino. Nacido en Madrid en 1942 en una familia con
ascendencia torera (su apodo lo heredó de su tío, el novillero Máximo López), desde
niño vivió el ambiente de esta profesión, en la que se inició muy joven, aunque
no tuvo constancia.
En donde sí figuró fue en las artes
plásticas, comenzando con el dibujo, especialidad con la que expuso ya en 1969
en Nueva York, y la pintura al óleo, siempre con el tema taurino. Cuenta con un
gran cartel en los países taurinos: año con año expone en la Feria del Sol, de
Mérida, Venezuela, en la galería Sorolla de Sevilla, España, país donde también
es habitual de galerías importantes en Madrid, Valencia y otras ciudades. Su
arte llega al público también por vías menos convencionales, como programas de
televisión en vivo, montajes de teatro o espectáculos de flamenco, entre otros.
Revisando en galerías o sitios especializados en comercio de arte, podemos ver
que sus cuadros pueden cotizarse en el equivalente a más de 50 mil pesos.
Canito
se ha hecho presente
en México con carteles para las ferias taurinas de la plaza México, de
Aguascalientes y otras, con la venta de algunos de sus cuadros a coleccionistas
y con la manufactura de dos murales: uno en el Museo de la Cultura Taurina de
Saltillo, Coahuila, dedicado a Fermín Espinosa Armillita e inaugurado en 2011 y otro en Autlán, en la unidad
administrativa que se encuentra por la calle Bárcena, muy cerca de la plaza
Alberto Balderas.
Este último es el que más nos
interesa: fue hecho por Canito en
2013 especialmente para el Museo de los Toreros Ilustres, un espacio instalado
por la empresa Casa Toreros y el Ayuntamiento y que se dedicaría a difundir la
cultura taurina pero que tuvo una existencia efímera: apenas una semana más
allá de su inauguración, ocurrida el 9 de febrero de 2013 y una exposición más
en el mes de mayo de ese mismo año. Después de eso el espacio volvió a su uso
original de unidad administrativa, donde despachan diversas instituciones del
gobierno federal.
Sin embargo, el mural de Canito, titulado Mural de los Toreros
Ilustres y compuesto por estampas taurinas, que recuerdan tanto al manejo del
ganado bravo en las ganaderías como a algunos toreros destacados en las plazas
mexicanas además de, por supuesto, referencias al Carnaval de Autlán, sigue ahí
(no pudieron arrumbarlo en alguna bodega), solo que, al eliminarle el contexto
para el que fue concebido, su utilidad y sentido ya no son los mismos.
Y, lo peor: al estar fuera de contexto
y sin la más mínima protección, que cabría pensar que el Ayuntamiento le
prodigaría teniendo en cuenta su valor artístico, el mural aparece ahora abandonado,
vandalizado y con manchas de mugre, sin siquiera un triste unifilas que evite que la gente se le acerque demasiado y se
recargue en él.
Este es el tipo de situaciones que me hacen dudar de que Autlán de
verdad sea un pueblo de cultura taurina.
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