Publicado originalmente el Letra Fría.
Uno de los comentarios favoritos entre algunos prestadores de servicios turísticos, estudiantes y egresados de la carrera de Turismo del CUCSur es que a Autlán y la región les hace falta algún atractivo turístico importante, que pueda servir para atraer visitantes de otras regiones del país, con el consiguiente impacto en la economía local.
Este comentario casi siempre va seguido de que no existe tal atractivo, a pesar de lo que se muestra en las guías turísticas que ha publicado el CU Costa Sur y en los folletos y demás información que divulgan las oficinas de promoción turística del municipio y del estado.
Algo que derriba estos comentarios desde su base, es decir, desde la idea de que es necesaria la existencia previa de un “atractivo” para comenzar a desarrollar el turismo de un lugar, es el caso del llamado macronacimiento que se instala cada año en el jardín Constitución. Esta costumbre, iniciada en el año 2004 por el empresario local Miguel Iñiguez y organizada en los últimos años conjuntamente con el Ayuntamiento, consiste en adornar el kiosco, los prados y toda la infraestructura del jardín con motivos navideños, colocando como centro la representación del nacimiento de Jesús.
A lo largo de estos diez años este macronacimiento ha tenido distintas temáticas, que se manifiestan en el tipo de decoración: hubo un nacimiento con animales vivos, uno costeño, otro de un pueblo mexicano, entre otros. La magnitud de este montaje ha ido creando una fama que a su vez ha ido atrayendo a visitantes de todos los pueblos de la región y aún de otros lugares de la República, con los consiguientes beneficios para el comercio local. No es necesario señalar que antes de la existencia de este macronacimiento no había casi nada a qué venir a Autlán en el mes de diciembre.
Desde luego, esta instalación también ha tenido sus aspectos negativos, sobre todo en el deterioro de los prados y el kiosco, lugares donde se colocan la mayor parte de los elementos de la decoración y que no han sido rehabilitados adecuadamente, aunque son aspectos que pueden evitarse teniendo una correcta coordinación con las autoridades responsables del cuidado del centro histórico.
Este macronacimiento es un ejemplo de cómo, casi de la nada, puede comenzar a trabajarse en la promoción turística de Autlán.
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