Cuarteto de cuerdas Autlán. |
El primer momento de esta edición
del festival fue la ponencia La trashumancia vital de Jesús Nava, en la
que el cronista municipal de Autlán, Guillermo Tovar Vázquez, hizo una narración
de la vida de este poeta autlense. El ponente comenzó dando un contexto de la
vida en Autlán durante el Porfiriato, etapa histórica en la que nació Nava y
que se caracterizó aquí por el desarrollo económico y de infraestructura, que
permitió el cultivo de las artes y de la cultura en general: además de la
publicación de varios periódicos, impresos en una imprenta local, funcionaban
en ese tiempo cenáculos literarios y grupos musicales variados y surgieron
artistas y escritores notables. El cronista también habló de los principales
episodios de la vida de Jesús Nava, desde su nacimiento, la muerte de su padre,
que lo obligó a hacerse cargo de la manutención de su familia, y su participación
en la tertulia de la tienda La Balanza, en la que hizo sus primeros versos. Según
la exposición, Jesús Nava comenzó en la secretaria del Ayuntamiento de Autlán
una carrera en el servicio público, que continuó en Tonila, El Grullo, Chapala
y el Servicio Postal Mexicano, también en diversas poblaciones; en Tonila casó
con la señora Balbina Cortés Macías, originaria de San José de la Tinaja, municipio
de Zapotiltic, con quien tiene diez hijos. En la segunda parte de la
exposición, el cronista enlistó los 18 poemas que él conoce de Jesús Nava, que
fueron publicados en una Antología de Poetas Autlenses hecha por el médico José
María Casillas en la década de 1940; en el diario El Informador y en un folleto
publicado por la Benemérita Sociedad Mutualista de Empleados, Obreros y
Artesanos de Autlán, escrito por Ernesto Medina Lima, así como en el periódico
Unidad, de la misma Sociedad Mutualista, de la que Nava era socio. De estos poemas,
el ponente expuso seis para ser leídos por los presentes y conocieran los temas
y las formas que utilizaba Jesús Nava. La obra de este poeta, concluyó el
cronista, está pendiente de ser antologada y difundida con profusión.
Luego de esta ponencia vendría la
presentación de la segunda edición del libro Cien años de Antonio Alatorre, en la que
participaron Hirepan Solorio Farfán, Carlos Axel Flores Valdovinos, Jesús
Donaciano Medina García y Carlos Efrén Rangel García, cada uno de ellos autor
de un texto de los que se incluyen en el libro. Hirepan Solorio escribe sobre Marcos
de Monroy, el personaje autlense cuya historia rescató Alatorre en su libro El
brujo de Autlán, analizando este texto desde la perspectiva analítica del
poder del filósofo francés Michel Foucault. Carlos Flores habla en el libro
sobre la relación de Alatorre con Arturo Rivas Sáinz, Juan José Arreola y Juan
Rulfo, otros escritores jaliscienses de importancia internacional. Jesús Medina
aporta un relato de cuando se le impuso el nombre de Antonio Alatorre a la Casa
Universitaria y los desencuentros del famoso filólogo con el Autlán de
principios del siglo XXI. Carlos Efrén, a su vez, habla de los textos de
Antonio Alatorre que figuran en los libros de texto de la Secretaría de Educación
Pública de distintas épocas y que han formado parte de los primeros contactos
con la literatura de muchos niños mexicanos.
La investigadora Martha Florentina
Corona Santana, del Archivo Histórico Municipal de Autlán, presentó un trabajo
titulado El Autlán de Antonio Alatorre, del que Andrea Reynoso nos
cuenta: “Martha nos llevó a un viaje fotográfico a través del tiempo, mostrando
imágenes del Autlán en los años en que Antonio Alatorre vivió aquí. Las
fotografías nos permitieron ver un Autlán lleno de vida y tradición, con
calles, plazas y rincones que evocaron una profunda nostalgia entre los
presentes. El público se mostró atento y emocionado, mientras Martha relataba
anécdotas y detalles que pintaban un vívido retrato del pasado de nuestro
municipio. Fue una velada llena de historia”.
La primera jornada del festival
concluyó con un concierto del cuarteto de cuerdas Autlán, integrado por Leonardo
Barba en el violín primero, David Ruiz en el violín segundo, Antonio Díaz en la
viola y Armando Pedraza en el violoncello. El concierto abrió con el Vals de
las flores de Tchaikovski y concluyó con el primer movimiento de la Pequeña
serenata nocturna de Mozart, piezas extremas de un programa variado que incluyó
a Yesterday, de los Beatles, Bésame mucho y Underground tango,
entre otras.
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