martes, 19 de marzo de 2019

Sabor persiste a Tequila. Análisis del serial taurino del Carnaval Autlán 2019

"Tequila", el último toro lidiado en el Carnaval 2019. Foto de José Solórzano.

Por Carlos Efrén Rangel


Me quito la montera para hacer el paseíllo en CulturAutlán. Memo me pidió que dejara en este barrio mi valoración con respecto al recién concluido serial taurino, y que no quede excluido del análisis, igual que el Ayuntamiento lo suprimió del video que resumió el carnaval. Nadie quiere pasar esas vergüenzas.
Saludo pues al tendido de este sitio, que es entendido y crítico como pocos.
El del 2019 fue un serial marcado por los vientos del cambio, pues fueron seis años que Casa Toreros gestionó la Alberto Balderas con saldos positivos, me parece. La transformación que vive el país trajo consigo a Autlán nuevas ideas y de su mano, nuevos rostros. Taurotecnia con Gustavo Pelayo y Óscar Rodríguez “El Sevillano” llegaron como novilleros empresariales, con mucha hambre e hicieron su propuesta.
El primer tercio lo vivieron con múltiples dudas. Hubo quien aplaudió que la presentación de carteles se hiciera en Autlán, claro. Pero también se echó de menos la promoción que el serial goza en los medios especializados que sufren de centralismo informativo. Entonces comenzaron a acumular kilómetros, y la lona que convocó aficionados a la avenida Obregón recorrió la geografía taurina: desde la Petatera, El Grullo, Ayutla. También viajó por una campaña en redes sociales que gozó la personalización.
Los alcances en la promoción se topan también con una cultura cada vez más difundida y legitimada de antitaurinismo. Ahí tienen que el presidente de Autlán no estuvo en ninguna corrida en las barreras designadas. Fueron dos tardes con llenos y otras dos con buenas entradas, pero sin agotar billetes. Muy por encima de otros cosos del mapa mexicano, un poco bajo con respecto al imaginario de nuestra plaza. Es la primera nota.
El segundo tema y quizá el más importante es lo relacionado a organizar un serial de sólo cuatro festejos, cuando tradicionalmente se habían celebrado cinco. Creo que uno de los aspectos en donde los organizadores más tendrán que reflexionar de cara al próximo carnaval es precisamente el quinto festejo. Déjenme explicarme.
El carnaval de Autlán es un serial de cuatro corridas de toros con matadores consolidados. A veces se ofrece una novillada, y también se había dado el caso de dar una corrida el primer fin de semana. En otras ciudades le llaman: corrida de preferia o fuera del abonado, que tiene el objetivo de dar toros a coletas que buscan oportunidades, pero que no gozan del sitio que da el torear con frecuencia.
Ese fue el caso de las matadoras que hicieron el paseíllo el lunes 4 de marzo. En otros espacios escribí y sostengo, que fue un acierto hacer la corrida de la mujer. El sexo femenino se merece protagonizar más espacios. El mundo vive las transformaciones que con justicia reclaman las mujeres. La fiesta no debe excluirse de esos cambios.
Pero también dije, (en la revista Carnaval Autlán que edita Rogelio Gálvez) que el toro pondría a cada quién en su lugar.  Y creo que los toreros que actúan poco, ya sea por ser novilleros o matadores con pocos contratos, deben ganarse su lugar en festejos estelares gracias a corridas de preferia. Es desde mi punto de vista, el gran tema a discutir.
En carnaval salieron a pedir de boca muchas cosas: los extranjeros estuvieron muy bien, por ejemplo gracias a Castella casi ni nos enteramos de la mansedumbre ya característica de Marrón; Ventura vibró en su última tarde mexicana, saldó su pasado en estas tierras. No se salva Ferrera, quien no estuvo a gusto en Autlán desde una tarde antes, Paola Sanromán le brindó el toro que no pudo matar, el torero español juzgó injusta a la plaza por echarle un astado de esa catadura a una mujer tan menudita. Y esa actitud de Ferrera se merece los adjetivos que usted guste.
Pero los mexicanos brillaron. Juan Pablo Sánchez cada año refunda sus ilusiones en Autlán. Joselito no da cuartel a quien intenta dejar de ubicarlo como el matador mexicano que jala de la carreta y Diego Silveti se topó con un toro memorable al que no desperdició. Ellos deberán regresar, se lo ganaron.
Del ganado siempre habrá muchísimas posturas. Se lidió al toro más pesado en la historia de la Alberto Balderas, “Soberbio” de Torreón de Cañas de 645 kg. El encierro de San Marcos cumplió con su característica bravura. Y sobre todo nos podemos quedar en la memoria con el último toro que saltó a la arena.
Los indultos son siempre polémicos, pero en todos los años que llevo viendo toros donde se pueda y por todas las vías posibles, nunca había visto tan pocas protestas por perdonar la vida a un astado, eso ocurrió cuando Javier Medina autorizó que “Tequila” regresara a los corrales y sirviera de semental en Mimiahupan. En términos generales creo que no se desmereció la fama de echar toro serio, que en los últimos años se ha buscado darle a la plaza.
Cuando todo terminó vi a Gus Pelayo recargarse en las tablas del ruedo. No estoy seguro si había lágrimas pero sí una viva emoción que desbordó el rostro. Fue el orgullo de ver que una empresa a la que se le puso alma, vida y corazón llegó con un triunfo estrepitoso a su final. En próximas entregas, Taurotecnia tendrá que mantenerse en la pasión de la fiesta y el cariño a Autlán, pero con el sitio que da la curva de aprendizaje.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola, creo que aunque el resultado fue parejo, mas por suerte que por buen conocimiento sobre la tauromaquia(me refiero a la parte del patronato organizador encargada se la fiesta brava), si hay un retroceso en cuanto a la calidad de la misma, los precios igual o mas caros pero con calidad a la Baja. Tambien creo que a la aficion de la grana, le falta mucho para entender el taurinismo, ya es tiempo de dejar de alabar cirqueros y apreciar el buen arte. Si queremos corridas de calidad, seamos publico con calidad. Asi podemos exigir mejoras y habra, en su momento alguien que si sepa de toros a cargo de organizarlos.