Panorámica de Autlán desde el cerro Colorado. Foto de Guillermo Tovar Montes. |
Esta mañana se llevó a cabo la sesión mensual ordinaria del capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco en el domicilio particular del doctor Alfredo Castañeda Palomera, quien como anfitrión dictó la conferencia La agrosfera del valle de Autlán. La exposición inició a las 11:20 horas y tuvo una asistencia de 14 personas.
El doctor Castañeda abrió su exposición con unos antecedentes de conceptos de clasificación de tierras desarrollados a partir de la II Guerra Mundial tomando elementos de diferentes ciencias. En este sentido, recientemente se acuñó el término agrosfera, en el que se utilizan elementos de la agronomía, la sociología, la economía, la cultura y otras ciencias y disciplinas y puede referirse ala superficie de un territorio dedicada a la agricultura.
Unas vez hechas estas precisiones, el expositor pasó a describir físicamente el valle de Autlán, desde las poblaciones que ocupan sus extremos (Chiquihuitlán al oeste, Cucuciapa al este, La Puerta del Barro al norte y Ahuacapán al sur) hasta datos exactos de los tipos de agricultura (temporal, de riego, protegida, etc.) que se practica en él, precisando incluso la cantidad de hectáreas que se dedican a cada tipo de cultivo. Afirmó que en el valle predomina la agricultura de riego, situación contraria a la generalidad del país, donde la mayor parte de la agricultura es de temporal.
Dijo que la agrosfera del valle de Autlán es altamente productiva, aunque presenta problemas de tipo social como las malas condiciones en que viven los jornaleros migrantes que en ella trabajan y el poco cuidado en el uso de agroquímicos cerca de los centros de población. Sobre esto, propuso la creación de zonas de amortiguamiento alrededor de las poblaciones, en las que solo se practique agricultura orgánica.
Al final de su presentación el doctor Castañeda mostró panorámicas del valle de Autlán tomadas desde las zonas altas que lo rodean, así como fotografías de las actividades y costumbres que se practican (recolección de camote del cerro, consumo de "pajaretes", distintos tipos de agricultura), así como de tipos de los habitantes del valle, entre otras.
Como conclusión dijo que el valle de Autlán es extraordinario pero que, como vivimos en él, no lo dimensionamos. También afirmó que considera conveniente el diseño de una ruta cultural que muestre a los niños y jóvenes la actividad agropecuaria de los distintos puntos del valle.
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