Entre las
numerosas efemérides que tiene la historia de Autlán, que ya suma varios
siglos, una de las más significativas y poco conocidas es la del tres de mayo.
En esta fecha ocurrieron un par de eventos trascendentales para la identidad autlense.
El primero
ocurrió el 3 de mayo de 1525 cuando, según la recopilación Autlán, de don Rubén Villaseñor Bordes, el escribano Diego de
Coria, quien acompañaba al visitador don Francisco de Vargas, hizo en el acta
que levantó sobre la visita de este funcionario a Autlán una descripción
detallada sobre las características de esta “ciudad”, en la que reflejaba su
admiración por el orden y tamaño del asentamiento y del número de su población.
Esta acta es el primer documento español donde se menciona a Autlán, en el que
podemos conocer la primera impresión que tuvieron los conquistadores sobre
nuestro pueblo.
El otro evento
sucedió cuatro siglos después, el 3 de mayo de 1953. Ese día comenzaron los
trabajos de exploración de la mina de San Francisco, al norte del municipio,
para determinar sus reservas de manganeso, dirigidos por el ingeniero Salvador
F. Treviño. El resultado de estos trabajos, en los que se descubrió una enorme
riqueza de este mineral, fue la instalación de la Compañía Minera Autlán, que trajo
a la región un considerable desarrollo económico y social y una apertura hacia
el exterior nunca antes vista, gracias al mejoramiento de las comunicaciones
por carretera con la Costa y Guadalajara y con el resto del mundo mediante el
servicio telefónico.
Si algún día decidiéramos tomar una fecha para
celebrar la identidad autlense en lugar de una fecha fundacional que nunca se
encontrará, habría buenas razones para que eligiéramos el 3 de mayo.
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