lunes, 23 de agosto de 2010

De banderitas



En distintos puntos del pueblo ya se puede ver a los vendedores de banderas y otros artículos patrioteros que vienen cada año. Con su aparición ya comienza a sentirse el ambiente de las fiestas patrias, que no tardará en enriquecerse con la aparición de los adornos que colocará el Ayuntamiento y con los autos que lucirán estas mismas banderas en sus antenas o cofres.
Estos artículos tienen la curiosa propiedad de ser un indicador de la intensidad con que se vive el fervor patrio: aparecen justo cuando comienzan a inflamarse los corazones (siempre quise escribir algo donde apareciera este lugarazo común), a mediados del mes de septiembre ya se ven en todos lados (negocios, autos, oficinas, casas) y, después del desfile del 16, ya comienzan a verse en forma de hilachas colgando de las antenas de los coches o en las azoteas de las casas, coincidiendo con la vuelta a la realidad de sus dueños.
En cuanto a la oferta de estos artefactos, no hay mucha novedad con otros años: hay banderas, pendones con el retrato de los héroes que nos dieron patria (otro lugar común), trompetas de plástico, colguijes para el espejo retrovisor con forma de charritos o de chiles con sombrero, sombreros enormes (en Colombia nos dicen sombrerones a los mexicanos), placas para coches con el escudo nacional (el mocho de la administración foxista), rehiletes, tambores estampados con Bob Esponja o las princesas de Disney...
En fin, con esto comienzan de facto las fiestas patrias 2010, las del Bicentenario (aunque hace 200 años México aún no existía)... participemos en ellas, de preferencia leyendo algo de historia de México, al lado de nuestra banderita.

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