La doctora Josefina Robles
Cisneros fue invitada por el Capítulo para impartir una conferencia en esta
sesión, la que presentó con el título El adulto mayor. Fue una
exposición muy amplia sobre muchos aspectos relacionados con la vejez, que
comenzó con un par de frases de autores famosos sobre “saber envejecer”, es
decir, llegar a esa etapa de la vida con bienestar. La ponente dijo que la ONU
estableció en 1982 el mes de agosto como el mes de la vejez, en el que cada año
se realizan diversas actividades de difusión de los derechos de las personas en
esta edad e información sobre cómo mejorar la forma de vida en esa etapa.
Envejecer, en palabras de la
doctora Robles, no es sinónimo de enfermar y el envejecimiento de la población es
un triunfo de las sociedades modernas, que han logrado aumentar la esperanza de
vida. Sin embargo, lo importante no es solo vivir muchos años sino tener una
vejez exitosa y sana. La doctora expuso algunas cifras de la población mundial,
nacional, estatal y del municipio de Autlán, tomadas de censos de diferentes
años, en los que se observa un aumento en el porcentaje de personas mayores a 60
años en las últimas dos décadas, tendencia que se espera que continúe por lo
menos hasta el año 2050, cuando se proyecta que los mayores a esa edad sean el
22% de la población total. En el caso de Autlán, expuso datos de la cabecera
municipal y de las delegaciones de Ahuacapán, El Mentidero, El Corcovado y El
Chante, todas las cuales rebasan el 10% de mayores de 60 años, siendo el caso
más alto el de Ahuacapán, con 19%. El Mentidero es un caso excepcional, con
solo 5% de ancianos, lo que se explica por su reciente crecimiento basado en la
inmigración de familias de antiguos jornaleros migrantes, quienes llegaron de
estados del Sureste mexicano y se establecieron ahí definitivamente.
En cuanto a lo que ocurre en una
persona, la doctora Robles explicó que, de forma general, se considera que a
partir de los 30 años de edad se empiezan a perder facultades físicas, a razón
de 1% por año. Sin embargo, el estilo de vida que lleva la persona es
determinante en la aceleración o disminución de este ritmo, por lo que es
necesario capacitarse para la cultura del buen envejecer, en aspectos biológicos,
psicológicos, económicos, sociales e, incluso, legales. Dijo que desde
cualquier edad, una persona puede comenzar a planificar una buena vejez,
mejorando sus hábitos de alimentación, de actividad física, sociales, entre
otros, que le permitan mantener una buena salud y lograr una vejez digna.
La ponente explicó también qué es
la gerontología, disciplina que estudia todo lo relacionado con los ancianos y
mostró una cronología de su desarrollo. Las diferencias entre gerontología y
geriatría y entre vejez y envejecimiento fueron otros de los tópicos de la
exposición, así como situaciones negativas que suelen darse entre los ancianos,
como el aislamiento, la soledad, el abuso y el síndrome del “abuelo maleta”,
cuando el anciano no tiene una casa propia y tiene que ocupar las de sus hijos.
Lo contrario a esto es una vejez activa, cuando la persona tiene ocupaciones recreativas
o laborales y no es dependiente de otros.
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