El maestro Isidoro, formado en la
Escuela Nacional de Música de la UNAM y con una importante carrera como concertista
con orquestas de importancia nacional, tocó música renacentista y de otras
épocas. Pero no fue solo una serie de interpretaciones, sino que estuvo
complementada con comentarios, anécdotas e información sobre cada una de las
piezas, que nos permitió conocer mejor la música que tocó, pero también a la
música de guitarra clásica en general.
El programa de este recital fue
el siguiente:
Gallarda a la reina Elizabeth,
de John Dowland.
Barricadas misteriosas, de
Francois Couperin.
Preludio vasco, del Padre
Donostia.
Tres piezas de Gerardo Tamez: Zapateado,
Pirecua del nogal y Atravesado.
Una flor en la laguna, de
la suite Montebello, de Julio César Oliva.
Tres piezas de Jorge Ritter: Allegro,
Andante (con sabor) y Jaleo.
Dos piezas de Máximo Diego Pujol:
Trsitango en vos y Candombe en mi.
Dos piezas de Heitor Villa-Lobos: Estudio no. 1 y Chôro 1.
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