viernes, 29 de noviembre de 2024

Segunda jornada del aniversario 36 del Capítulo Costa Sur BSGEEJ

Durante la ceremonia de inauguración.

 El martes 26 de noviembre se celebró en el auditorio de la biblioteca de la Escuela Preparatoria Regional de Autlán la segunda de las jornadas académicas realizadas por el aniversario 36 del Capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco. la sesión comenzó a las 10:15 horas, ante la presencia de unas 150 personas, la mayoría alumnos y profesores de la prepa.

Esa mañana se presentaron tres ponencias sobre temas diversos, luego de una ceremonia de inauguración presidida por el director de la preparatoria, Jorge Alejandro Villaseñor Rojas; la oficial mayor, Liliana Muñoz Pérez; el coordinador del Capítulo Costa Sur, Carlos Adolfo Preciado Ortiz, coordinador del Capítulo Costa Sur; Guillermo Tovar Vázquez, secretario del Capítulo, y Josefina Robles Cisneros, tesorera. El coordinador del Capítulo dio un mensaje sobre la historia de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, creada en 1833, y sobre la evolución de la Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, correspondiente de la primera y creada en 1864. Enseguida, el director de la prepa dio también un mensaje de bienvenida a los socios de la BSGEEJ, dando por inaugurada en el acto la jornada académica.



La primera ponencia del día fue La importancia y utilidad de los organismos centinela, por Carlos Palomera García, un trabajo acerca de las especies animales que “informan” sobre elementos del ambiente que afectan a la salud humana. Como ejemplo de este tipo de especies puso a los canarios que se colocan en lugares estratégicos de las minas y cuya sensibilidad a la toxicidad de ciertos gases los hacen un buen indicador de su presencia, antes de que afecten a las personas. Esta es una forma en que una especie alerta, de forma involuntaria, sobre el estado del ambiente, pero el expositor también habló de especies que hacen este trabajo de manera “altruista”, como son las mascotas. La salud de estos animales y de las personas con las que conviven están muy relacionadas entre sí y con su medio ambiente, por lo que se ha acuñado el término de “one health” o “una sola salud”, que incluye enfermedades zoonóticas, resistencia antibiótica, enfermedades vectoriales y hasta salud mental, elementos que involucran a animales y personas. Los animales domésticos, además, tienen otras implicaciones en la salud humana: por ejemplo, hay perros que han sido entrenados para detectar, con su olfato, la presencia de hasta 28 enfermedades, además de que la convivencia sana con estos animales ayuda a mejorar nuestra condición física y salud mental. El ponente concluyó que cuidar la salud de nuestras mascotas es una forma de cuidar nuestra propia salud.



Enseguida, Martha Florentina Corona Santana presentó la exposición La Alameda, finca de recreo, una historia de este importante espacio público de Autlán basada en documentos resguardados en el Archivo Histórico Municipal. La ponente explicó que hacia 1890 el Ayuntamiento de Autlán decidió construir una Alameda en la conocida entonces como Plaza del Camposanto, con una intención estética, de convivencia y de salud, mediante la purificación del aire gracias a la existencia de árboles. Fue inaugurada el 15 de septiembre de 1890, con cuatro pórticos ubicados en las esquinas y una barda perimetral, construidos por el maestro albañil Tomás Robles. La primera gran remodelación ocurrió en 1956, realizada por el ingeniero Juan José Jiménez, que incluyó la demolición de su barda y pórticos y el levantamiento de un inventario de árboles. Con profusión de fotos históricas, Martha Corona explicó que, con el tiempo, vendrían nuevas modificaciones: en 1984 se construyó una especie de mercado subterráneo al centro de la Alameda, con una fuente encima de él que todavía se conserva, aunque en el costado oriente; mientras que en 2010 se demolió este mercado y se construyeron las canchas, el escenario y los senderos y, para 2023, se instaló el domo SICAR.



La última presentación estuvo a cargo de Guillermo Tovar y se tituló Manuel Morán Godoy, un músico de mariachi en el Autlán de principios del siglo XX, que comenzó con una explicación del origen del mariachi como conjunto musical mestizo que es producto de la evolución y que, por lo tanto, no tiene un lugar y fecha de nacimiento, basado en la obra de Ramón Mata Torres. También se detuvo en explicar la palabra mariachi, de la que se desconoce su origen exacto pero que, citando al cronista Juan Frajoza, se utilizó en otro tiempo para nombrar, además del conjunto musical, a las fiestas populares, a las tarimas sobre las que se bailaba y a ciertas ramadas en las que se celebraran fiestas. Luego de esto, dijo que el mariachi, hasta mediados del siglo XX, fue una música marginal, ubicada en la periferia geográfica y social y que, siendo muy gustada por el pueblo, estaba alejada de los grandes salones y, por lo tanto, de la obra de muchos cronistas de esa época. En este contexto, contó la historia de Manuel Morán Godoy, labrador originario de Unión de Tula que formó parte de un arpón, como se conocían en Autlán los mariachis a principios del siglo XX, integrado por dos violines, arpa y quinta de golpe, instrumento que tocaba don Manuel. Su vida, la de un labrador sin tierra, da luz, en opinión del ponente, sobre cómo trabajaban los músicos de este tipo en esa época: no tenían a la música como profesión sino que se dedicaban a otra actividad, y tenían una vida trashumante, con constantes mudanzas en búsqueda de tierras para trabajar “a medias”. Sin embargo, don Manuel fundó una dinastía de músicos reconocidos, entre los que el ponente mencionó a Carlos Guadalupe Morán Bautista, a Víctor Rafael Ambriz Morán y a Álvaro Morán. La quinta de golpe que él usaba se encuentra en una sala del Museo y Centro Regional de las Artes, que desde mayo de 2023 está dedicada a este músico campesino.

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