A la antigua calle de la Navidad le fue impuesto el nombre de Mariano de la Bárcena en el año de 1910, en la "revolución" que emprendió la jefatura política de Autlán en el ordenamiento de la nomenclatura urbana del pueblo, según cuenta don Ernesto Medina Lima en Calles y barrios de Autlán. Esto incluyó la imposición de nombres de personajes a las calles que antes eran conocidas por algún accidente geográfico o por estar ubicado en ellas algún negocio; la división del pueblo en cuarto cuarteles y el establecimiento de una numeración oficial para cada finca.
Actualmente esta calle constituye una buena muestra de los diferentes estratos temporales y sociales que conviven en Autlán, que podemos observar con solo recorrer las quince cuadras de las que se compone: arranca, según el sentido de su circulación, en la bocacalle que (todavía) forma con la calle de 12 de Octubre, en la colonia Las Américas, al sur de Autlán. Digo todavía porque estoy seguro de que esta calle seguirá creciendo hacia el sur conforme se urbanicen los predios que ahora se utilizan para la cría de ganado y la siembra de maíz.
Como podemos ver en la foto anterior, el arranque de la calle de Bárcena luce un aspecto más bien rural, con muchos lotes baldíos, en algunos de los cuales pacen vacas y borregos. Estas primeras cuadras corresponden al fraccionamiento Colonos Alameda, en el que se ven pocas casas terminadas, todas ellas nuevas y de buena factura, algunas en obra negra y otras que, estando habitables, esperan solo el último terminado para ser ocupadas. Este primer largo tramo de la calle no tiene demasiada historia, aunque sí mucho futuro.
Esquina con Vicente Guerrero. |
Podemos darnos cuenta de que entramos a la parte vieja del pueblo al cruzar la calle de Juan Valdivia, por el estilo y la calidad de las construcciones: conforme caminamos van apareciendo cada vez más muros altos y gruesos de adobe, ventanas verticales con recias rejas de metal, puertas igualmente verticales y rematadas en arco o perfectamente rectangulares, amplios portones por los que alguna vez entraron hatos de ganado o carretas cargadas con no sé qué mercancías o avíos... también vamos encontrando ruinas, fincas que ya solo permiten adivinar el señorío que alguna vez las adornó. Este tramo tiene mucha historia y, al parecer, poco futuro.
Al llegar a la calle de Mariano Matamoros comienza el tramo más dinámico, en todos los sentidos, de la ruta que seguimos: en la primera esquina nos recibe nada menos que un Oxxo, enseguida vemos minisupers, tiendas de mascotas, fondas, pastelerías y toda clase de negocios, que se convierten en la constante hasta el final de la calle, en el cruce con Miguel Hidalgo. Y eso solo en la parte comercial: socialmente también hay mucho movimiento; es un tramo muy transitado, a pie y en automóvil, además de que en su primera cuadra está nada menos que la Alameda, lugar que en las tardes de todos los días luce una bulliciosa actividad. Podemos decir que el tiempo de este último tramo es el presente.
La calle de Mariano de la Bárcena cuenta con algunas curiosidades: junto con su continuación, Mariano Abasolo, constituyen la calle más larga dentro del pueblo, que termina en la de José Clemente Orozco de la colonia Maderera, nada menos que 27 cuadras desde la ya mencionada 12 de Octubre. Su nombre se fijó en la memoria de la gente con un error cometido en la nomenclatura hace varias décadas, en la que se escribió como Mariano Bárcenas. Y Bárcenas sigue llamándose para la mayoría de los autlenses.
Entre los lugares de interés que están ubicados en esta calle se cuentan, además de la Alameda, la fachada principal de la plaza de toros Alberto Balderas, con su majestuosa puerta grande, y una de las secciones (la más fresa) del carnavalero Callejón del Vicio.
Mariano de la Bárcena. Foto de www.buscate.com.mx |
Mariano de la Bárcena fue un geólogo, botánico y meteorologista jalisciense, nacido el 25 de julio de 1848 en Ameca, fundador del Observatorio Meteorológico de México y autor de importantes libros de su especialidad. Fue gobernador de Jalisco entre 1889 y 1890.
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