La ponencia comenzó con una
reflexión sobre los cambios de hábitos que se han manifestado en las últimas
décadas, como adaptación a nuevas formas de vida: se cocina y se come distinto
y se hace menos actividad física que en la generación anterior. La ponente
explicó también que existen varios tipos de dislipidemias, que son una anomalía
en la cantidad de grasas dentro del organismo, que pueden ser menores o mayores
a las ideales o un desequilibrio entre las diferentes grasas. De entre ellas,
la más común en México es la hipoalfalipoproteinemia, asociada a la diabetes,
el tabaquismo y la obesidad. Según la OMS, explicó, se calcula que para 2030
casi 23.6 millones de personas habrán muerto de enfermedades cardiovasculares.
Hay dislipidemias de origen genético,
a las que se conoce como primarias, y producidas por factores ambientales, como
la alimentación, que son las secundarias. No todas son iguales, el riesgo depende
del lípido y la cantidad de que se trate. Luego de mencionar los diferentes
tipos de dislipidemias, la ponente explicó el proceso de ingesta y asimilación
de las grasas y cómo el organismo las procesa mediante las lipoproteínas, que
son un mecanismo que permite llevar las grasas a las diferentes partes del
cuerpo, donde serán aprovechadas. Mediante una gráfica muy fácil de entender,
la maestra Jiménez dejó claro cómo es el camino de las grasas en el cuerpo, a
través de las lipoproteínas.
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