Con la presentación de la banda autlense Flanger, esta noche por primera vez se escuchó música alternativa en la casa Morumbí. El concierto comenzó a las 21:00 hrs. y se reunieron a escucharlo unas 50 personas.
El evento tuvo algunas dificultades de organización desde el principio. Ante la ausencia del personal que habitualmente lo hace, los mismos músicos tuvieron que llegar a conectar el equipo de sonido, además de que el público tardó un buen rato en llegar. Sin embargo, cuando todo estuvo listo, Flanger (se autodefinen como una banda de post grunge) arrancó con el repertorio que preparó para esta noche, compuesto por diez piezas de un sonido crudo y básico, con bastante cercanía con el grunge de los 90, logrado con una alineación de dos guitarras, bajo y batería. Ocho de estas canciones fueron compuestas por la misma banda, con letras que van de lo radicalmente simple, como Leche light (el título se repite a lo largo de toda la canción, usándolo como parte de la música, sin ninguna otra letra), hasta algo más elaborado, como Subnormal, donde hablan de cómo sienten que la sociedad ve a los freakies. El resto de las canciones propias que tocaron hoy fueron Euforia (con la que abrieron), Poliestireno, Semillas de dolor, Termostato, Culpable y Loco. Después de cada pieza daban un breve antecedente de cómo la compusieron: la mayoría de ellas nacieron sobre una línea inicial de bajo o guitarra, sobre la que fueron trabajando el resto de los instrumentos y la letra; en otras lo primero fue la letra.
La segunda parte de la velada iba a correr a cargo de la banda Perfylic, aunque esto no pudo ser porque el baterista no llegó. En lugar de ellos, durante una media hora después de la intervención de Flanger y haciendo honor a la flexibilidad y energía del rock, se estuvieron tocando algunos palomazos entre los músicos presentes, lo que no permitió que decayera el ambiente.
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