lunes, 30 de junio de 2014

Novedades en el Cinerama Autlán



Es de sobra conocido que el Cinerama Autlán es uno de los cines más antiguos de la región y el último de ellos que todavía sigue en funcionamiento. También es de los pocos sobrevivientes en México de los cines de salas grandes, con capacidad para más de mil espectadores.
Situado en la finca de la calle de Obregón que desde hace poco menos de un siglo ha estado dedicada al espectáculo, primero como Teatro Mutualista y luego como cine, el Cinerama Autlán ha capoteado los embates de la modernidad en cuanto a exhibición de películas, que ahora exige ofertar una más amplia gama de servicios al mismo tiempo que se abaten costos.
En este contexto, la semana pasada el Cinerama anunció en su cuenta de Facebook la adquisición de un nuevo equipo de proyección digital, que reemplazará al antiguo proyector de cintas de 35 mm., las tradicionales en este medio. Los administradores del Cinerama nos explicaron que esta medida es necesaria debido a que en 2014 termina el plazo para hacer este reemplazo de equipos de proyección de cinta de 35 mm. a digital, que resulta más barato y eficiente para toda la cadena de producción cinematográfica, al resultar menos costoso de producir y reducirse también el riesgo de los daños (rayaduras, quemaduras, etc.) que puede sufrir la cinta y que vienen a afectar a las salas, como el Cinerama, que las exhiben después de haber pasado por dos o más cines previamente.
El nuevo proyector, según los administradores del Cinerama, es de la marca Barco Alchemy (como el de la foto) y permitirá tener una calidad de imagen y sonido diez veces mejor que con el antiguo proyector. De momento pretenden seguir proyectando películas en la pantalla gigante y con la enorme sala que todos conocemos, presentando estrenos al mismo tiempo que en la ciudad de México, en Guadalajara o en Monterrey.
Ante la inminente apertura de las nuevas salas de Cinépolis el antiguo Cinerama no baja los brazos y decide entrar a la competencia, con lo que la historia autlense de exhibición cinematográfica iniciada en 1908 no parece tener un fin próximo.

jueves, 26 de junio de 2014

El templo de La Purísima



De los alrededor de veinte templos y capillas que hay en Autlán, el de La Purísima es seguramente el más bello y el único construido en estilo neogótico, obra del ingeniero Félix Araiza.
El pórtico está hecho en su totalidad en piedra, con portada de cantera, mismo material del que están hechos los arcos de todos sus ingresos, que además contienen grabados con motivos vegetales. El retablo principal es también de estilo neogótico y el púlpito es de madera labrada con figuras de los cuatro evangelistas en sus esquinas. También de madera son sus puertas de entrada, en las que se pueden ver grabados los símbolos papales.


Un detalle importante de este templo son sus vitrales, algunos de muy buena manufactura aunque, en el caso de los ubicados en la cúpula, ya incompletos. Estos vitrales ya habían sido reemplazados, según Bertha Alicia Gutiérrez Lugo en el libro Templos del municipio de Autlán de Navarro, por el sacerdote Mariano de Jesús Ahumada en 1948, por encontrarse ya destrozados los originales. Alrededor de la cúpula están los retratos de cuatro papas. En el interior del templo se encuentran varias imágenes, aunque las más importantes son precisamente la de la Purísima Concepción y la de santa Eduwiges. Hay también un confesionario de madera, al parecer en desuso.
El templo ocupa el espacio de la pequeña cuadra que se forma entre las calles de Ramón Corona, Mariano Escobedo y José María Morelos y la plazuela María Mares, que es como se llama el jardín del frente del templo y el pedazo de calle que corre frente a él. El jardín, por cierto, generalmente está bien cuidado e incluye especies como palmeras, ficus, rosales, crotos y otras plantas de ornato.
A pesar de no tener atrio y estar rodeado de calles medianamente transitadas, este templo fue el preferido para celebrar las misas que precedían los eventos sociales de la alta sociedad autlense en las últimas décadas del siglo XX, situación que a venido a menos.


Su primera piedra fue colocada el 8 de enero de 1898 por el obispo de Colima Atenógenes Silva, se dijo la primera misa en él el 16 de septiembre de 1910 y fue bendecido y colocado el 8 de diciembre de 1922. Sin embargo, la mayor parte de su vida ha estado incompleto: los terremotos de junio de 1932 dañaron a tal grado sus torres que hubo necesidad de demolerlas. Aunque los feligreses han trabajado para reconstruirlas, hasta la fecha no se han recuperado por completo, quedando pendiente la conclusión de la torre principal.
Recientemente el templo de La Purísima fue objeto de unos trabajos de remodelación que, entre otras cosas, alteraron los colores originales del interior.

martes, 17 de junio de 2014

Lexicón autlense 9: Engrirse



Este verbo se usa ampliamente en Autlán para definir la acción de encariñarse una persona o un animal a un lugar o a otra persona. Aunque el sentido que se le da aquí a esta palabra no es solamente el de tomar cariño, sino el de hacerlo interesadamente, esperando algo a cambio o después de haberlo recibido.
Así, se advierte que no se debe alimentar a los perros o gatos callejeros porque "se ingren", se aconseja a las señoras cocinar los platillos que más le gustan a sus maridos para "tenerlos engridos", etc. Aquí es bueno comentar el detalle de que el verbo engrir tiene una forma de conjugación muy curiosa pues, aunque su inicial es la letra e, en los tiempo presente y pasado se conjuga iniciando con i (ingre, ingrió).
Al parecer esta palabra es derivada del verbo engreír, de la que el diccionario de la RAE da tres acepciones, siendo la segunda de ellas, referida para Andalucía y América "Encariñar, aficionar", que corresponde casi exactamente con engrir. Quizás la deformación fonética venga precisamente por la conjugación en presente del verbo engreír (engrío, engríes, engríe...) que suena muy parecido a engrirse.
Engrirse es una palabra utilizada en Autlán por gente de todas las edades, por lo que parece que no corre peligro de desaparecer en esta generación.

domingo, 15 de junio de 2014

Homenaje a Ramón Rubín en Autlán


La tarde-noche de este sábado 14 de junio, aniversario 102 del natalicio de don Ramón Rubín, se realizó un homenaje a este escritor en el salón de usos múltiples del Museo Regional, organizado por el Grupo Cultural Autlense, organización nacida precisamente a iniciativa de este personaje. El evento comenzó alrededor de las 19:15 hrs. y tuvo una asistencia de unas 70 personas, incluyendo a Iyali y Niobe, hijas de don Ramón Rubín.
El homenaje comenzó con una detallada y extensa semblanza de la vida de Ramón Rubín y de su obra, realizada por los profesores Fausto Nava y Marisela Huitrón, quienes conocieron de cerca a Rubín durante los años que vivió en Autlán. Esta participación resultó muy interesante por estar basada, además de en los recuerdos de las vivencias que tuvieron con don Ramón, en trabajos de tesis que la maestra Huitrón realizó sobre los libros Los rezagados y El valle de Autlán y en las propias palabras de Rubín, expresadas en una entrevista que ellos le hicieron.
Así pudimos saber con detalle aspectos de su vida, sobre todo de sus años en Autlán, a donde venían a entrevistarlo periodistas del extranjero (mientras en México no pasaba de ser un desconocido), la forma en que concibió algunas de sus obras, los causas de su decisión de venirse a vivir a Autlán en 1974... Como parte de su exposición, los profesores Huitrón y Nava comentaron brevemente 32 de sus libros, con su título, temática y algunas otras características.
Dentro del programa también participaron la señora Margarita Guerrero Herrera, quien fuera amiga de don Ramón en Autlán, el señor Mario Presno, su yerno e Iyali Rubín, su hija, quienes también compartieron anécdotas que nos ayudaron a conocer más a fondo la personalidad del escritor homenajeado. Durante la intervención de la señora Iyali y a pregunta del público el rector del CUCSur, Alfredo Ortega, expresó la buena disposición de su institución de hacer reimpresiones o digitalizaciones de los libros de don Ramón que no tuvieran contratos vigentes con alguna editorial, por lo que quedó viva la posibilidad de tener disponibles en un futuro algunas de estas obras, que ahora son muy difíciles de conseguir.
Si esto se concreta pero, sobre todo, si anoche surgieron uno o dos nuevos lectores de don Ramón Rubín, el homenaje habrá valido la pena.

sábado, 14 de junio de 2014

De la ética a la bioética


Esta mañana tuvo lugar en el salón de usos múltiples del Museo Regional una sesión ordinaria del capítulo Costa Sur de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, que fue abierta al público. Como parte del orden del día de la sesión estuvo la conferencia De la ética a la bioética, dictada por el doctor Rodrigo Ramos Zúñiga, quien fungió como anfitrión.
La sesión comenzó alrededor de las 10:20 hrs., con un informe de actividades y financiero del capítulo. Pocos minutos después el doctor Ramos, ante unos 20 asistentes, desarrolló su conferencia, que comenzó con la exposición de algunos conceptos básicos del tema, como ética, moral y deontología. Enseguida explicó los orígenes de los códigos de conducta, poniendo como ejemplo para las ciencias de la salud a Hipócrates, hasta la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La exposición incluyó también la explicación del origen de la bioética en 1970 con el autor R. Potter, la formulación del concepto de bioética de Sgreccia y el análisis del principalismo bioético, con las responsabilidades de los profesionales de las ciencias de la vida; la bioética pragmática con los derechos de los pacientes y algunas consideraciones sobre la experimentación con animales y ejemplos de experimentaciones con humanos. Enseguida explicó la proliferación de enfermedades nuevas o que se han hecho más comunes debido a las nuevas condiciones de vida, como el déficit de atención o el Alzheimer.
Al final, el doctor Ramos definió el concepto de neuroética, con sus dos vertientes: la atención a los problemas puntuales de las neurociencias y la ética aplicada en el estudio del cerebro.

lunes, 9 de junio de 2014

Don Ramón Rubín Rivas


Aunque nacido en Mazatlán en junio de 1912, hijo de inmigrantes españoles, Ramón Rubín puede considerarse uno de los escritores jaliscienses más prolíficos del siglo XX, porque fue esta la tierra que eligió para vivir la mayor parte de su vida y donde falleció en el año 2000.
Reconocido como autor de novela y cuento, aunque también produjo guiones cinematográficos y libros de texto sobre temas de producción agropecuaria, así como monografías de lugares de Jalisco (el lago de Cajititlán y el valle de Autlán); su vida bien pudiera servir como inspiración para una novela: todavía muy joven acompañó a su padre a San Vicente de la Barquera, España, lugar de origen de su familia, regresando a Mazatlán en 1929. Con conocimientos de navegación adquiridos en distintos periplos, se enroló como voluntario en un buque que llevaba armamento y parque donado por el gobierno de Lázaro Cárdenas a los republicanos españoles en la Guerra Civil, siendo atacados por la aviación franquista cerca de Gibraltar, aunque sin recibir daño alguno.
En los años 50, ya avecindado en Jalisco y dueño de una fábrica de calzado, se enfrentó intelectualmente a los gobiernos federal y estatal, encabezado este último por el gobernador Agustín Yáñez, al criticar agriamente el proyecto de desecación del lago de Chapala con el objetivo de repartir tierras a campesinos. Años luz antes de la aparición de Facebook y Twitter y de que se pusiera de moda el ecologismo, Ramón Rubín puso en riesgo su patrimonio defendiendo efectivamente los recursos ecológicos de Jalisco.
Según algunos biógrafos, sus primeras lecturas fueron Robinson Crusoe y la obra de Emilio Salgari, todavía en su infancia. Es posible que estas lecturas lo hayan movido a llevar la vida de aventura que tuvo. Esta vida lo mantuvo lejos de la academia, por lo que no tuvo una formación en las ciencias sociales, aunque su obra parecería decir lo contrario.
Dueño de una prosa ágil y vigorosa, alejada de los vericuetos de los intelectuales de escritorio, Rubín describió fielmente en su obra al México postrevolucionario. Escribió cuentos (Los rezagados, Cuentos de la ciudad, Cuentos del mundo mestizo) y novelas (El callado dolor de los tzotziles, La bruma lo vuelve azul, Cuando el táguaro agoniza) en las que, junto con dramas desgarradores pero realistas o situaciones humorísticas, ofrece un panorama detallado de la forma de vida y cosmogonía de los diferentes grupos étnicos y sociales de México, desde los grupos indígenas hasta los citadinos. Tampoco es que estos relatos salieran solamente de su imaginación: para escribir sobre un grupo indígena, por ejemplo, antes pasaba meses viviendo entre ellos, para conocerlos.
De El callado dolor de los tzotziles es este fragmento, que sirve de ejemplo de su capacidad de observación de la psicología de los pueblos indígenas de México:

Cuando apareció un cuarto borrego muerto en las mismas circunstancias, desesperados de la inutilidad de sus invocaciones a las potestades cristianas, decidieron subir hasta la cumbre del monte Tzontehuitz, temiendo que fueran sus antiguas deidades, que allí tenían su morada, las ofendidas.

En Autlán vivió entre los años 70 y 80 y aquí escribió parte de su obra. Partiendo de los relatos que le hacían las gentes del pueblo hizo algunos de los cuentos que después serían publicados por la Secretaría de Cultura en el libro Cuentos de espantos y espantados, escribió Pedro Zamora. Historia de un violador con base en lo que le contaron algunos ancianos a quienes entrevistó y mandó colaboraciones periódicas al diario El Informador, de Guadalajara. También aquí escribió la monografía El valle de Autlán, una minuciosa y crítica descripción de Autlán y su gente, del que se tomaron las citas que ahora aparecen impresas en los pasillos del Museo Regional en Autlán. También fue miembro fundador del Grupo Cultural Autlense, quien organiza un homenaje a propósito del aniversario 102 de su natalicio.
Quizás por no haber sido nunca cercano a ninguna de las mafias culturales de Guadalajara y a sus enfrentamientos con el gobierno del Estado, don Ramón ha sido poco reconocido en los medios intelectuales de Jalisco. Para colmo, en 1954 se le concedió el Premio Jalisco a las letras (ya había publicado La bruma lo vuelve azul, quizás la mejor de sus novelas), pero lo rechazó por cuestiones morales, al ser otorgado por el mismo gobierno que planeaba desecar el lago de Chapala o que, por lo menos, no hacía lo suficiente por defenderlo. Al final, este premio le fue entregado en 1997.
En 2000, año de su fallecimiento, y 2012, año de su centenario, solamente fue recordado por algunos grupos culturales independientes, pero no por la Secretaría de Cultura del Estado, por la autoridad cultural de ningún municipio ni por la Universidad de Guadalajara.

domingo, 8 de junio de 2014

Inventario de monumentos 21: Placa de la primera sede de la secundaria López Cotilla


En la finca marcada con el número 13 de la calle de Felipe Carrillo Puerto, donde ahora funciona un despacho contable, se encuentra una placa metálica montada junto a la puerta de entrada, en la que se hace memoria de que ese lugar fue la primera sede de la escuela que sería el embrión de la secundaria Manuel López Cotilla.
La placa, que alguna vez fue de fondo negro con letras doradas, ahora luce unos colores un tanto deslavados, aunque el texto puede leerse todavía sin problemas. Afortunadamente ha sido respetada por quienes han hecho arreglos y remodelaciones a la finca, por lo que no presenta daños de consideración. Dice textualmente:

ESTE LUGAR FUE LA 1RA
SEDE DE LA ESC. SECUNDARIA
DIURNA POR COOP. No. 12 DE
1939 A 1953 BASE DE LA
ACTUAL SEC. FED. MSTRO.
MANUEL LOPEZ COTILLA
GRUPO CULTURAL
AUTLENSE, A.C.

Según las Crónicas de Autlán de don Ernesto Medina Lima, esta escuela secundaria fue la primera en Autlán y la región, establecida en marzo de 1939. Su primer director, Ignacio Cárdenas Ochoa, y toda su plantilla inicial de profesores, excepto una, fueron todos autlenses, entre los que se encontraban personajes con nombre de calle como Jesús Velázquez, Jaime Llamas, Adán Uribe, Rubén Villaseñor o Felipe Uribe y otros igualmente ameritados como el doctor Luis Enrigue (abuelo del escritor Álvaro Enrigue).
Su establecimiento, como el de la preparatoria 20 años después y de la Escuela de Agronomía a los 42 años, se debió a la necesidad de tener un servicio de educación más avanzado en la región, que impidiera que la mayoría de los jóvenes se quedaran sin estudios por no tener los medios para continuar estudiando en otra ciudad.

miércoles, 4 de junio de 2014

Se recordará a Ramón Rubín en Autlán


Considerado el autor del más completo retrato literario de todos lo Méxicos que caben en nuestro país, debido a la profundidad de su obra y a la diversidad de temas y contextos en los que la desarrolló, Ramón Rubín es, sin embargo, el gran desconocido entre el público mexicano.
Escritor merecedor del Premio Jalisco, defensor de los recursos ecológicos del país (seis décadas antes de la aparición de Faceboook y Twitter) y gran observador de la forma de vida y de pensamiento de los grupos indígenas de México, además de participante en el bando republicano de la Guerra Civil española, son solo algunas de las facetas que tuvo en su larga y novelesca vida, parte de la cual pasó en Autlán, observando este jirón de México y escribiendo con base en esas observaciones.
Con el objetivo de rescatar su memoria y su obra de las profundidades del olvido y de que, por lo menos en Autlán, se convierta don Ramón en un escritor más leído, el Grupo Cultural Autlense prepara para este próximo sábado 14 de junio, a las 7 de la tarde en el Museo Regional, un homenaje con el pretexto del aniversario 102 de su nacimiento. En este homenaje se leerá y comentará parte de su obra y se compartirá una semblanza de su vida (y de lo que hizo en Autlán), con la participación de las personas que más convivieron con él en los años que pasó en el pueblo: los profesores Marisela Huitrón y Fausto Nava y el doctor Nabor de Niz, fundadores junto con Rubín del grupo que organiza el evento.
Los autlenses, especialmente los interesados en la literatura, son seguros interesados en asistir.