La nómina semanal de los trabajos en la carretera en diciembre de 1932. |
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Para 1932 la administración municipal ya estaba presidida por un nuevo personaje: el señor Pedro C. Topete. Pero las penurias económicas de la empresa de la construcción del camino a Purificación seguían intactas: en febrero de ese año, precisamente el día 17, el nuevo presidente enviaba un telegrama al jefe de la Oficina Federal de Hacienda en Ciudad Guzmán, preguntándole si esa oficina tenía la autorización de ministrar a la Junta de Caminos la cantidad de mil pesos para la construcción del camino de Autlán a la Costa.
La continuidad de los trabajos se confirma el día 27 de mayo de 1932, cuando el subsecretario encargado del despacho de la Secretaría General de Gobierno, Carlos G. Guzmán, enviaba la circular no. 2 al presidente municipal de Autlán, donde le solicitaba informes mensuales, a partir de esa fecha, de los trabajos realizados en la reparación o construcción de caminos en el municipio, que deberían llevar copia para el ingeniero Guillermo Landino, jefe de la Comisión de Caminos estatal.
Pasarían tres semanas para que se hiciera el primer esfuerzo tendiente a cumplir lo que solicitaba esa circular no. 2: el 17 de junio el presidente municipal, ahora Gildardo Michel, solicitaba a los presidentes de las Juntas de Caminos locales, Jaime Llamas y Luis Villaseñor, que le proporcionaran la información necesaria para remitir los informes mensuales.
Y son precisamente estos informes las fuentes documentales más ricas e interesantes que pude encontrar sobre este tema: el 23 de junio de 1932 el señor Luis Villaseñor, presidente de la Junta de Caminos Autlán-Purificación-Chamela informaba al presidente municipal lo siguiente: “…desde la iniciación de los trabajos hasta el 30 de abril ppdo. (próximo pasado), fueron construidos 13 trece kilómetros y en el mes de mayo siguiente únicamente 750 metros en virtud de haberse encontrado una veta de piedra, pero también durante este mes se arreglaron 150 metros de cuneta en los lugares que se hacía necesaria.”
El último informe de la Junta de Caminos fue el relativo al mes de julio y los primeros diez días de agosto de 1932, firmado el 20 de agosto. En él se lee que en julio se construyeron aproximadamente 400 metros de cuneta y en agosto se construyeron tres alcantarillas o guardaganados. Se informa también que se acordó suspender los trabajos el 10 de agosto “mientras termina el presente temporal de aguas”, por lo que los informes se reanudarán en cuanto reinicien los trabajos. No se volverían a emitir estos informes.
Pero al parecer los trabajos de la construcción de la carretera sí se reanudaron al terminar el temporal, aunque ahora bajo la responsabilidad de la Comisión de Caminos estatal. El jefe de los trabajos, ingeniero Francisco Baltierra, solicitaba el 13 de diciembre de 1932 al presidente municipal, que todavía era Gildardo Michel, que diera órdenes terminantes de que se cumpliera el convenio que prohibía la circulación de carros con ruedas de fierro por el arranque de la carretera, debido a que ya son “muy notorios los desperfectos” que el inmoderado tráfico de estos vehículos le estaba ocasionando. El presidente contestó el mismo día al ingeniero Baltierra, informando que ya había girado las órdenes correspondientes.
El día 18 siguiente el ingeniero Baltierra enviaba un interesantísimo informe al presidente municipal y a la Comisión de Caminos, explicando la nómina de trabajadores a que se reducirían los trabajos de la carretera en la semana del 18 al 24 de diciembre, el sueldo que percibirían y los nombres de algunos de ellos, así como algunos de los gastos que se erogarían. En total, $250.21 pesos, o sea, 21 centavos más de lo existente en la caja.
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