En la calle de Juan Valdivia, a unos metros de la bocacalle que forma esta vía con la avenida Revolución, se encuentran las ruinas de una antigua casa de paredes de adobe. En una de las esquinas superiores de su fachada se puede ver el rótulo con el nombre de la calle y los números de manzana (32) y de cuartel (4).
Aunque no podemos asegurar a ciencia cierta la antigüedad de este letrero, sí podemos ver que coincide con la descripción que hace don Ernesto Medina Lima de los rótulos de nomenclatura urbana que mandó hacer el cabildo de Autlán en el año de 1910, en un intento de organizar las vialidades de la creciente población. Según don Ernesto en su libro Calles y Barrios de Autlán, el 17 de marzo de ese año el cabildo aprobó "la división de la ciudad en cuarteles; la numeración de sus manzanas y sus casas; que se nombren jefes de manzana y jefes de cuartel...". Hasta antes de que surtiera efectos esta disposición, el método para encontrar un domicilio era el de señas particulares ("la casa del guamúchil" o "a un lado de donde vive don Fulano") debido a que, aunque algunas calles tenían nombres oficiales, como Antonio Borbón o José Corona Araiza, nombres que todavía persisten, las fincas todavía no tenían número.
Para formalizar esta organización en cuarteles y manzanas se mandaron hacer los rótulos para las esquinas de cada cuadra, mismos que contenían "nombre de calle, número de cuartel y número de manzana pintados también en negro, sobre superficie enjarrada", mismos que tuvieron un costo de trece centavos cada uno y que, como podemos ver, tienen las mismas características que el de la calle Juan Valdivia. Estos trabajos, realizados por el pintor Gregorio Martínez, fueron reportados como terminados al cabildo de Autlán el 9 de junio de 1910 por el regidor Ireneo Barragán.
No es posible asegurar, por falta de fuentes documentales, que este rótulo sea uno de los pintados en 1910 pero, a juzgar por sus características y la notoria antigüedad de la finca donde está colocado, su fecha de realización no debe ser muy posterior. De cualquier forma se trata de una reliquia de la nomenclatura urbana de Autlán que deberíamos tratar de preservar.
No es posible asegurar, por falta de fuentes documentales, que este rótulo sea uno de los pintados en 1910 pero, a juzgar por sus características y la notoria antigüedad de la finca donde está colocado, su fecha de realización no debe ser muy posterior. De cualquier forma se trata de una reliquia de la nomenclatura urbana de Autlán que deberíamos tratar de preservar.
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