Joao Carrascoza (ext. izq) en el auditorio de la EPRA. Foto de Claudia Barragán. |
Por Damián Sandoval Hernández
Una espléndida sala, flanqueada por una bandera de
Brasil en el extremo derecho engarzada en un asta de igual tamaño que la de la
Bandera Nacional Mexicana, colocada en el extremo izquierdo; las paredes del
auditorio tapizadas con banderines del país de origen del escritor invitado y
un público joven expectante y ansioso de escucharlo, fue el escenario que dio
la bienvenida y conmovió de manera evidente a Joao Carrascoza, escritor
brasileño que, a través del programa “Ecos de la FIL” y en el marco de la celebración
de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en su versión número 26,
charló con los jóvenes de la Escuela Preparatoria Regional de Autlán, este
miércoles 28 de noviembre.
El escritor brasileño cuyo campo de expresión es el
cuento, ha escrito una gran cantidad de narraciones que le han valido múltiples
premios y distinciones en su país de origen. Sus producciones tienen como tema
central la familia y sus relaciones; los jóvenes y su entorno.
Para abrir boca, Joao Carrascoza señaló que las cosas más simples son las más importantes: “.. una sonrisa, una flor, el tener la
alegría de despertarte cada mañana y sentir y saber que estás vivo, que puedes
oír, que puedes ver, que tienes la posibilidad de abrazar a tus seres
queridos”.
Conforme avanzaba en su charla, Carrascoza fue
revelando la belleza de sus pensamientos. Con una mirada serena y clara y una
sencillez que asombró a todos, la voz dulce y cálida del escritor brasileño
dijo a los jóvenes estudiantes que debemos estar agradecidos por estar vivos.
Dijo que está convencido de que debemos ser amables y cariñosos con los demás y
que es en la familia, con los seres que te quieren y a quienes quieres, donde
nacen los valores que te acompañarán siempre.
Joao Carrascoza comentó que en su forma de hacer
literatura ha tenido la influencia de muchos escritores, entre los que destacó
a Gabriel García Márquez, William Faulkner, Jorge Amado, Paulo Coelho, entre
otros.
Ante las preguntas inteligentes y bien planteadas
de los jóvenes estudiantes que insistían en conocer la fuente de su
inspiración, el escritor les respondió que muchas veces se escribe a partir del
dolor. Se refirió a la muerte de su padre como un acontecimiento en su vida que
lo marcó para siempre y que propició que comenzara a escribir, primero poemas,
dijo, que luego se transformaron en narraciones cortas, en cuentos.
Comentó que en su opinión, el cuento es una forma
de expresión difícil porque en un espacio breve, con pocos personajes, debes
contar toda una historia completa, comprimida. Al respecto mencionó sus dos
colecciones de cuentos más destacadas: El volumen del silencio, que es una
antología de 17 cuentos y Espinas y alfileres, colección de 10 cuentos al que se
refirió con emoción cuando dijo que “…las espinas son las heridas que te
propina la vida y los alfileres son las que tú mismo te provocas”.
Compartió con el público su experiencia al recorrer
El Camino de Santiago, que inicia en Francia y culmina en Santiago de
Compostela, España. El caminar 40 kilómetros diarios, durante 25 días fue una
experiencia increíble que le enriqueció enormemente y le enseñó a disfrutar y
valorar más la vida.
Comentó también que
es importante leer, leer siempre, aunque no únicamente en los libros: se lee
también en los rostros de los demás, se leen sus actitudes; se leen sus
palabras y sus silencios. Ante la pregunta de una joven estudiante en el
sentido de que si ya se sentía satisfecho con sus logros, con lo que ha
aprendido de la vida, el escritor brasileño respondió “No. El día que me sienta
que he aprendido todo, estaré muerto”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario