Desde la fundación de la
Asociación se acordó celebrar Congresos de forma anual, para que los cronistas intercambiaran
experiencias y datos, informaran de sus actividades y presentaran sus libros. Estos
Congresos ocurrieron puntualmente en noviembre de cada año, interrumpiéndose únicamente
en 2020 y 2021 debido a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, en este 2022 la
Asociación se ha propuesto ponerse al corriente con la continuidad de sus Congresos,
dando un primer paso en este sentido celebrando, en el majestuoso y porfiriano Teatro
de Atequiza su Congreso XXV el pasado sábado 26 de febrero.
Este teatro, construido en 1886 por
el hacendado de Atequiza, Manuel Cuesta Gallardo, fue un marco inmejorable para
esta reunión de cronistas: su belleza arquitectónica es notable, en el estilo europeo
en boga en esa época. Los organizadores se esmeraron no solo en hacer sentir
como en su casa a los visitantes sino también en hacer lucir al teatro como en
su apogeo: dispusieron, con la ayuda de alumnos de la Normal Rural de Atequiza,
un tapete de bienvenida al arranque de la escalinata de entrada al teatro, cuyo
complicado diseño fue logrado a base de aserrín coloreado, colocaron guirnaldas
en las columnas interiores y en la orilla del escenario y montaron una
exposición del fotógrafo Octaviano de la Mora, uno de los grandes personajes de
Atequiza, en el vestíbulo. Todo estaba listo, desde mucho antes de las 10:00 de
la mañana, para que los trabajos se desarrollaran en el mejor de los ambientes.
Con la asistencia de unas 50
personas, entre cronistas y visitantes, las actividades del Congreso comenzaron
a las 10:50 horas, entonando el Himno Nacional. Enseguida el regidor del
Ayuntamiento de Ixtlahuacán de los Membrillos, Carlos Méndez Gutiérrez, en
representación del presidente municipal, dio la bienvenida a los asistentes,
comentando que sin el trabajo de los cronistas mucha información se perdería en
el camino.
El siguiente mensaje fue del
presidente de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco,
Pedro Vargas Ávalos, que comenzó con un agradecimiento a las autoridades municipales,
a los cronistas y a los constructores del teatro, con un recuerdo para el hacendado
Manuel Cuesta Gallardo. Recomendó también a las autoridades imponerle un nombre
a este teatro, uno de los más hermosos de Jalisco, a la manera del Degollado de
Guadalajara y el José Rosas Moreno de Lagos. Para finalizar hizo una reflexión
sobre el valor de publicar un libro, visto como inversión pública: su costo es varias
veces menor a, por ejemplo, un tendido de red de drenaje, pero su trascendencia
es mucho mayor en el tiempo. “No hay que desdeñar el hacer libros”, dijo, pues
este soporte para las ideas sigue prevaleciendo y manteniendo un lugar a pesar
de la existencia de nuevas tecnologías de la información. Con un elogio al
trabajo del cronista, “misionero de la cultura”, dio la bienvenida al Congreso.
El tercer mensaje de la mañana
corrió a cargo de Gabriel Montes, quien compareció con la representación de
José Castellanos Higareda, presidente de la Asociación de Cronistas de
Michoacán, quien mencionó que se sigue trabajando en la conformación de una
asociación que reúna a los cronistas de los Estados del Occidente. A nombre del
presidente municipal de Sahuayo, invitó a visitar esa ciudad, que después de
muchos años tiene nuevamente un Consejo de la Crónica.
Luego de estos mensajes se
procedió a la entrega del reconocimiento como cronista honorario de Atequiza al
señor Francisco José Michel Padilla, que fue puesto en sus manos por los
integrantes del Consejo de la Crónica de Ixtlahuacán. Esto como un estímulo a
su trabajo en la difusión de la historia y la cultura de Atequiza, que ha
realizado por años convirtiéndose un referente de esta comunidad.
Enseguida comenzó la presentación
de trabajos y publicaciones de los cronistas, de los que hago enseguida un
apretado resumen, en orden cronológico:
Rogelio Ochoa, de Chapala, hizo
una exposición sobre la filmación de películas en Atequiza, realizadas en 1896
por el cineasta francés Veyre y que fueron estrenadas en el Liceo de Varones de
Guadalajara en diciembre de ese año. Fueron las primeras películas filmadas en
México, fuera de la capital del país, y muestran escenas cotidianas de la vida
en la hacienda: tareas del campo, jugadas de gallos, bailes… en la exposición
se exhibieron también, en una pantalla al fondo del escenario, algunas de estas
películas.
Performance de la Muerte. |
Al término de la presentación del
cronista de Chapala presenciamos un par de excelentes números artísticos: una
presentación de danza árabe por la maestra Claudia Flores Delgadillo y un performance
de Día de Muertos, con elementos de danza flamenca, a cargo de la maestra
Verónica Reyes Cervantes, quien bailó las piezas La Llorona y Cucurrucucú
paloma, en honor del cronista Dionisio Sandoval, fallecido en octubre de
2020.
Cristina Flores, de Ixtlahuacán
de los Membrillos, comentó el libro Ignacia Riesch. Una mujer de honor y
bien templado corazón, de Rubén Rodríguez García. Es la historia de la
también llamada Barragana, una habitante de Atequiza que luchó contra
los invasores franceses con las armas en la mano, imponiéndose al mismo tiempo
a la sociedad machista de su época, que al final terminó llevándola al
suicidio.
Gabriel Michel Padilla, de El
Limón, presentó su libro Diligencias de Zacapala, una historia del
conflicto legal desatado en 1591 en el valle de Autlán luego de la solicitud de
tierras del pueblo de Zacapala por el español Bernardino de Sámano. En el
proceso, que se describe en el libro, los indios se defendieron sin complejos y
con el apoyo de la autoridad local, en la persona del alcalde Gonalo Velázquez
de Lara, que les proporcionó incluso intérpretes para su defensa. Con “un toque
de tragedia y poesía”, este proceso sería una de las primeras obras literarias
del Occidente de México.
Juan Frajoza, de Yahualica,
presentó su libro El sacramento ya se perdió y lo llevó el aire, también
basado en un proceso legal de la colonia, pero este llevado por la Inquisición
contra el español Juan de Morales, vecino de San Juan. Este proceso contiene
datos del contexto social de los Altos en esos años: cuáles eran las
propiedades de un estanciero, su relación con los indígenas, la variedad racial
y la transculturación de los pueblos indios, entre otros.
Ignacio Gómez Zepeda, de El
Grullo, presentó uno de sus nuevos libros, El Mandamás del mercado, una
relación biográfica del comerciante Tarcisio Jiménez, impulsor de la actividad
económica en El Grullo y forjador de una fortuna que terminaría diluida entre
disputas e intrigas familiares, quedando su próspero negocio, eje del comercio
en la región, reducido a la nada.
Manuel Flores Jiménez, de
Jocotepec, presentó sus libros Memorias del silencio, Del silencio
vienen las memorias y Crónicas de San Francisco Xocotepec. Dijo que
estos libros no tienen un orden cronológico debido a las lagunas que existen en
los archivos de su municipio, pero incluyen datos sobre personajes, situaciones
y lugares relevantes: Marcos Castellanos, José Pablo Márquez, una queja de los
indios de Jocotepec a Miguel Hidalgo…
América Arellano, de Tuxpan,
presentó Los Cristos de Tuxpan, un catálogo de los cristos que se
encuentran en los templos y casas particulares de ese municipio del sur de
Jalisco, realizado aun contra los obstáculos que impuso la pandemia.
Carlos Méndez, de Ixtlahuacán,
comentó el libro Octaviano de la Mora, inteligente y afamado fotógrafo,
de Rubén Rodríguez García, a quien definió como el personaje más relevante de
los nacidos en este municipio. Fue fotógrafo durante el porfiriato, participó
en la Exposición Universal de París ganando el tercer lugar en su categoría y
fue encargado de retratar a la aristocracia, los artistas y celebridades en
Guadalajara, México y Nueva York.
Guillermo Tovar, de Autlán. |
Guillermo Tovar, de Autlán,
presentó su libro Un pueblo que canta. Historia del Orfeón Proa, en el
que narra el devenir de este grupo coral conformado y dirigido por el profesor
Francisco Espinosa Sánchez y que representó a Autlán en los mejores escenarios
de México durante la década de 1950.
Al terminar la serie de
presentaciones el vicepresidente de la Asociación de Cronistas, Carlos Martín
Boyzo Nolasco, leyó un oficio del presidente municipal de Autlán, Gustavo
Salvador Robles Martínez, solicitando se considere a Autlán como sede para una
futura celebración del Congreso de Cronistas. También se leyó el reconocimiento
como cronista honorario de La Huerta otorgado al periodista Marco Antonio Corral
Ramírez, quien no estuvo presente por enfermedad pero le será entregado
próximamente.
Antes de pasar a los asuntos
administrativos se hizo un recuerdo de los cronistas fallecidos desde el Congreso
XXV: María Eva Topete Chávez, de Atenguillo; Dionisio Sandoval Cervantes, quien
fuera oficial mayor de la Asociación; Mario Alberto Martínez Lozano, de San Julián;
Mario Abel Melchor, de Colotlán, y de los autores del Himno a Jalisco, Felipe Vázquez
Barbosa y Moisés Guerrero López.
Ya en la parte estrictamente
administrativa se hicieron nombramientos en la directiva de la Asociación: como
oficial mayor a Fernando G. Castolo, de Zapotlán; como tesorero a Rogelio
Ochoa, de Chapala; y como prosecretario a Octavio Guevara, del Consejo de la
Crónica de Tlajomulco.
Pero a los trabajos del Congreso
les quedaba todavía un rato de cuerda. Antes de la clausura pudimos presenciar
las siguientes exposiciones:
El vicepresidente de la Asociación,
Carlos Boyzo, habló sobre la visita de Porfirio Díaz a Jalisco en 1896 para
inaugurar un ramal ferroviario de Guadalajara a Ameca, visitando enseguida Atequiza
y Chapala. En la travesía por el lago hacia Ocotlán la comitiva sufrió un
percance debido a una tormenta, haciendo naufragar la embarcación en que iba el
dictador, quien llegó con horas de retraso a Ocotlán, en el vapor Libertad. Una
historia narrada con lujo de detalles y que pudo cambiar el rumbo de la
historia de México.
Noche feliz. |
El cronista de El Limón, Gabriel
Michel, mostró su lado artístico tocando el acordeón y cantando acompañado de
su hermano José María un par de piezas: Noche feliz, de Guillermo
Posadas, grabada por primera vez nada menos que por Enrico Caruso y lamentablemente
ya olvidada, y Tequila con limón.
José Chávez García, de
Tlajomulco, hizo una exposición sobre Manuel Cuesta Gallardo, su faceta como
hacendado y político resiliente y hábil negociador que después de su
defenestración siguió en activo en la rama de los negocios, participando en el
primer monopolio de la energía eléctrica.
Luego de tres horas de exposiciones
y números artísticos, el regidor Carlos Méndez declaró clausurado el XXV Congreso
de la Asociación de Cronistas Municipales del Estado de Jalisco a las 13:55
horas.
Pero los visitantes de los cuatro
rumbos de Jalisco todavía estuvimos departiendo un buen rato en los alrededores
del teatro: hicimos una visita guiada por don Francisco Michel Padilla para
conocer las estatuas traídas de París en tiempos de Cuesta Gallardo para la hacienda,
compartimos la comida en la terraza anexa al teatro y visitamos el Museo Etnográfico
de Atequiza, que contiene objetos de uso cotidiano desde principios del siglo
XX.
1 comentario:
hola una pregunta; saben alguna pagina especial de LA ASOCIACION DE CRONISTAS MUNICIPALES DEL ESTADO DE JALISCO ?
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