Juan Pablo Alvear. |
Al término del orden del día de
la sesión, tuvieron lugar un par de actividades abiertas al público, en el Aula
Magna del Centro Universitario de la Costa Sur. La primera de ellas fue la
conferencia Identidad y carácter del son, el jarabe y la canción, a
cargo del investigador Juan Pablo Alvear. Ésta comenzó a las 18:50 horas, con
la asistencia de unas 50 personas, casi todas asistentes a la sesión del
Instituto.
El ponente comenzó su exposición
hablando de los niveles de percepción de las obras de arte: la forma, que es la
que se percibe de manera más fácil, y el fondo, originado en la realidad
humana. Comenzó enseguida un repaso histórico por el desarrollo de las formas
musicales tradicionales del Occidente: desde el canto y la danza prehispánicos,
relacionados entre sí por ser actividades rituales, pasando por el sincretismo
entre estas manifestaciones y las de la España mudéjar, proceso que ocurrió
gradualmente. Citando a Jesús Jáuregui, describió la macro región del mariachi,
ubicada originalmente entre San Blas y Manzanillo y que se ha ido expandiendo a
otras regiones aledañas.
Dicho esto, el profesor Alvear habló
por separado del son, el jarabe y la canción. En cuanto a los sones, habló de
las diferencias vocales, de instrumentación y de ejecución musical en las
distintas regiones de la ya mencionada macro región, originadas principalmente
por las diferencias climáticas y de disposición de recursos: puso el ejemplo de
los sones de la Costa Sur de Jalisco, cantados en un tono más agudo que los
sones serranos, debido a que en un clima cálido es más fácil levantar el paladar
blando, técnica de canto que permite el paso del aire, alcanzando notas más
altas.
El expositor también ofreció una
explicación sobre algunos conceptos de teoría musical, como pulso, ritmo,
patrones o birritmia, que facilitaron la comprensión de las diferencias
musicales entre los sones de diferentes regiones. Sobre esta forma musical,
dijo que va más allá del divertimento, al cantarlo y bailarlo se “hace rito”,
se actualiza algo que sucedió hace siglos. Para terminar este tema, mostró
algunas diferencias musicales entre sones antiguos y modernos, entre las que se
encuentran la velocidad de la música y la extensión de las letras.
Sobre los jarabes, dijo que ya se
tocaban en España antes de la Conquista, el origen del nombre de esta forma
musical estaría en el idioma árabe (xarab) y significaría “mezcla de
yerbas”. Su origen estaría en las seguidillas y fandangos españoles mediante
una mezcla de diferentes sones, tomando las partes más bailables de cada uno,
según los autores Salas y Pauletto. Sobre el Jarabe tapatío dijo que la
primera referencia que se tiene es que se bailó en el Coliseo de la ciudad de
México en 1790, misma época en que Europa vivía su periodo romántico. El Jarabe
tapatío fue usado como una representación de la nacionalidad mexicana en
los años de la Intervención Francesa, fue como un “himno de la unidad nacional”.
La canción es, explicó el
profesor Alvear, una estructura de compás menos rígido, que ya existía mucho
antes de la Colonia. A diferencia del son y el jarabe, no está hecha para ser
zapateada y tiene que ser libre en su estructura y ejecución. Los mariachis
modernos, mencionó, cada vez tocan menos sones y más boleros rancheros
(canciones).
Tierra y libertad. |
Al terminar la conferencia el
grupo folklórico Tierra y libertad, de El Salto, bajo la dirección del profesor
Javier Juárez González, ofreció una presentación que comenzó con el cuadro
Sonajeros de Tuxpan. Esta vez, a diferencia del viernes, la danza se ejecutó con
música en vivo, a cargo del pitero Cándido Martínez, de Tuxpan, lo que contribuyó
a que la presentación y la experiencia del público fueran más completas.
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