Esta ya no fue una actividad con
fines didácticos o de debate, sino que tuvo un sentido netamente artístico. Los
protagonistas de la velada fueron el mariachi Rosales de Óscar Rosales y el Ballet
Folclórico de la Casa de la Cultura, ambos de Autlán, que ofrecieron una variada
y aplaudida actuación de más de una hora. El mariachi tocó lo mismo sones
jarochos, como El cascabel, como piezas del ámbito local, como Soy de
Autlán, y de la música popular mexicana (de la conocida inexplicablemente
como “regional mexicano”), como El viajero. No faltó un popurrí de Leo
Dan.
Y, para que fueran bailadas por
el ballet, el mariachi interpretó Las abajeñas, Las alazanas, La
negra y el Jarabe Tapatío, para pasar enseguida al momento culminante
de la noche, que fue el estreno del son Entierro del Mal Humor, de la compositora
Rosa de Alba, la Solana, poeta y ex torera, que se encontraba presente. Este son
está inspirado, se nos explicó, en el Carnaval de Autlán, aunque su letra,
abundante en palabras como alegría, tradición y grandeza y con referencias
constantes a la fiesta y al toreo, bien podría estar inspirada en cualquier
otra fiesta. No hay muchos indicios de que hubiera sido compuesto por alguien
que hubiera vivido el Carnaval de manera habitual, como sí los hay, por
ejemplo, en el Son de la Chirimía.
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