Con una conferencia sobre arte y
toros y la inauguración de una exposición del pintor Rubén Espinosa, el lunes
14 de febrero fueron inaugurados en la Casa Universitaria los trabajos de la
Semana Cultural Taurina que organizaron el Patronato Organizador del Carnaval
2022 y la organización Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana (FCTH), en
los días inmediatamente anteriores al inicio del Carnaval. La ceremonia de inauguración
comenzó a las 20:10 horas, con la asistencia al patio central de la más que
centenaria finca de unas 50 personas, entre las que se contaron integrantes de
la directiva del Patronato, el presidente municipal de Autlán y funcionarios
del Ayuntamiento.
Antes de dar paso a los
protocolos, tres de las integrantes del Grupo de Baile Español y Flamenco Sacromonte
bailaron un par de piezas, como para comenzar a impregnar el ambiente de un
sabor taurino: Que no salga la luna, de Rosalía, y Rosa de Pitiminí.
Enseguida escuchamos mensajes de
bienvenida del presidente del Patronato, Alejandro Sotomayor, y de FCTH, el
ganadero Juan Pablo Corona, este último en video pregrabado. Este video, proyectado
sobre el fondo del escenario de la casa, fue la primera muestra de una de las
características notables de esta semana cultural, con respecto a otras
similares de años anteriores: el uso de las nuevas tecnologías de la
comunicación para llevar a cabo las distintas actividades, para un público
presente en el recinto y, de manera simultánea, para otro diseminado por todo
el mundo taurino.
El tercero de los presidentes en
tomar la palabra fue el del municipio de Autlán, Gustavo Robles, quien habló
del orgullo de ser autlenses y tener el Carnaval taurino más importante de
México. Él hizo la declaratoria de inauguración, a las 20:33 horas.
Inmediatamente después tuvo lugar
una segunda inauguración, ahora de la exposición del pintor Rubén Espinosa
Aguilar, montada en las salas de exhibición de la Casa. Antes de cortar el
listón inaugural, el autor explicó que no fue posible traer la muestra completa
por problemas con el transporte, pero que la exposición constituye una “reconexión
con Autlán” que él experimenta luego de haber realizado la portada de la
revista Autlán Taurino, de la señora Emma Gómez.
La parte medular de la velada fue
la conferencia En el toreo caben todas las artes, de la socióloga Mary
Carmen Chávez Rivadeneyra, que se desarrolló mediante una sesión de Zoom cuya
imagen se proyectó sobre el ya mencionado fondo del escenario y que pudieron
presenciar lo mismo quienes se conectaron a esa plataforma como los que vieron
la transmisión en vivo por Facebook. Una minoría la vimos también en la Casa Universitaria.
En total, varios cientos de personas, que no hubieran cabido en alguno de los
auditorios adecuados para conferencias que existen en Autlán.
La ponente, que se encontraba en
la ciudad de México, explicó que el toreo ha sido fuente de inspiración para artistas
de todas las disciplinas. “Las bellas artes giran en torno a la tauromaquia”,
afirmó al inicio de su conferencia. Con esto inició la primera parte de la
presentación, que incluyó un rápido repaso por la historia de la relación entre
el toro y la Humanidad y su registro en obras primitivas: las pinturas en las
cuevas de Altamira, el arte minoico y piezas de bulto de la Edad de Piedra, en
las que se representan toros, solos o interactuando con personas. De aquí
pasamos a los inicios del toreo, como ejercicio bélico de preparación en la
Edad Media, que evolucionó a un espectáculo de entretenimiento antes del siglo
XVI. Ahí comenzaría el desarrollo de las suertes y la vestimenta, hasta llegar
a lo que conocemos en nuestros días.
La segunda parte de la exposición
fue una revisión de la presencia de la tauromaquia en obras de cada una de las
bellas artes, con juicios de valor y análisis de la obra y lo que el autor
expresó en ella. Así comenzamos con la pintura, del que mencionó el registro
que Francisco de Goya realizó de los cambios verificados entre los siglos XVIII
y XIX en el toreo, detallado con realismo y enfatizando a la sociedad que
acudía a la plaza y lo que ocurría en ella. También mencionó a las vanguardias
del siglo XX, a Fernando Botero y su rompimiento de las imágenes clásicas del
toreo y a los mexicanos Diego Rivera y Pancho Flores, entre otros.
De la escultura se explicaron las
obras europeas de la Edad de Piedra y del Bronce que todavía pueden admirarse
en museos de allende el Atlántico, así como las obras modernas de Rosendo Novás,
Sebastián Miranda y otros. Un lugar especial merecieron los monumentos ubicados
en plazas de Europa y América: a José Cubero, Nimeño II y Curro Romero, por
ejemplo.
La revisión de la tauromaquia en
la arquitectura comenzó con una referencia al laberinto de Creta y a las
primeras plazas de toros, inspiradas en los coliseos romanos y que no siempre
fueron redondas. De las plazas, la socióloga de la UNAM dijo que son “recintos
espirituales”, los últimos que quedan en la podmodernidad. Cada una de ellas
tiene su historia, sociología y es, además, un recinto cultural.
La literatura es una de las artes
en que mayor presencia hay de la tauromaquia. Las referencias a ella en la
conferencia comenzaron con el Cantar de Mío Cid pero incluyeron a Cervantes,
Góngora, los doce sonetos taurinos de Sor Juana y a los poetas de las generaciones
del 98 y del 27. La ponente mencionó a algunos autores y sus obras de inspiración
taurina.
En el caso de la música no podían
faltar los pasodobles, “acorde de contrastes armónicos que dan carácter y
belleza a la corrida”. Con un lugar especial para Agustín Lara y sus pasodobles
dedicados a toreros, la expositora mencionó a algunos de los principales
autores de esta música y sus obras.
La danza tiene en el flamenco un
género especialmente relacionado con la tauromaquia, al que la ponente definió
como el maridaje perfecto. En ambas manifestaciones hay dramatismo, alegría,
sentimiento profundo, tienen tiempos y movimientos compartidos. “Flamenco y
tauromaquia, almas hermanas”, afirmó.
Por último, sobre el cine se
mencionaron algunas adaptaciones de novelas, como Santa, la primera película
sonora mexicana, vidas de toreros y parodias, como Ni sangre ni arena,
con Cantinflas. También se revisaron aquí algunas referencias al toreo en
películas de grandes directores.
Por último, la maestra Chávez Rivadeneyra compartió una definición de arte, como expresión que nace del artista y se comunica con el público y tiene en común con el toreo que ninguno de ellos miente. Pero cerró con una pregunta abierta para los espectadores, que cada uno respondería para sí mismo: ¿cómo definirían al arte?
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