Una madre autlense de hace 2 mil años. |
La primera parte de la
inauguración se llevó a cabo en el patio central de la Casa, desde cuyo
escenario dirigieron mensajes algunas de las autoridades:
La doctora Lilia Oliver agradeció
a quienes donaron o prestaron piezas para la exposición, de quienes dijo que
merecen un reconocimiento especial por haber conservado parte del patrimonio
histórico de Autlán. La rectora narró cómo ocurrió la adquisición por parte del
CUCSur del predio de Las Urracas, al oriente del municipio, para destinarlo a
campo de pruebas para la carrera de Agronomía y cómo ahí se descubrieron
vestigios prehispánicos. Para estudiar este sitio fue contratada la arqueóloga francesa
Chloé Marie Pomedio, cuyos trabajos comenzaron en 2021 y han arrojado datos que
permiten concluir que ese terreno fue parte del asentamiento del Autlán prehispánico.
La arqueóloga Pomedio habló de
las excavaciones en Las Urracas como un “trabajo universitario” para la comunidad
de Autlán y la región, hecho por un equipo encabezado por ella e integrado por
alumnos de las carreras de Antropología y de Historia. Dijo que se puede hablar
de una unidad cultural en las comunidades de las sierras de Amula, de Manantlán
y los valles intermedios, entre los que se cuenta el asentamiento de Las
Urracas, que tendría por lo menos 900 años de antigüedad. Para terminar su comentario,
la doctora Chloe Pomedio aseguró que reconoce la belleza de las obras de los
primeros autlenses.
El presidente municipal de Autlán,
Gustavo Salvador Robles Martínez, habló de la importancia del CUCSur en el
desarrollo regional, que ejemplificó con la constitución de la reserva de la
biosfera Sierra de Manantlán y las investigaciones históricas y arqueológicas
como la que propició esta exposición.
Luego de estos mensajes les
fueron entregadas las constancias correspondientes al equipo que realizó la exposición:
Danaé Lizbeth Ramírez de la Torre, José Guillermo Ramírez Macías, María
Fernanda Díaz Martínez, Carlos Buenrostro Vázquez, Mayra Karina Rodríguez
Hernández y Flor Marisa Medina Sandoval, encabezados por la arqueóloga Chloe Marie
Pomedio.
La arqueóloga Chloe Pomedio. |
Luego del simbólico corte del
listón, que se realizó en la puerta de la primera sala de la Casa
Universitaria, se realizó un recorrido por la exposición, bajo la guía de la
arqueóloga Chloe, quien hizo amplias explicaciones sobre cada una de las partes
en que está organizada la muestra. Para la exposición fueron construidas ex
profeso unas vitrinas con base de madera, en cada una de las cuales se
colocaron piezas relacionadas con algún asunto de la vida cotidiana de los
antiguos autlenses.
Pieza de tipo Autlán polícromo. |
Rostros autlecos. |
En la sala 1 hay dos vitrinas
dedicadas a las tradiciones alfareras de las que se han encontrado muestras en
el valle de Autlán, incluyendo los estilos Tuxcacuesco, Ortices y Autlán, así
como piezas que presentan influencia de la tradición Aztatlán. Hay aquí desde “tepalcates”
hasta piezas completas y bien conservadas, algunas con diseños policromados y
otras con dibujos incisos. En esta sala hay otra vitrina titulada Los antiguos
rostros de Autlán, una serie de figuras antropomorfas, desde cabezas hasta
personajes completos, algunos con sorprendentes detalles que permiten conocer
su vestimenta y sus rostros. La tercera vitrina de esta sala contiene un monolito,
calificado de excepcional por la doctora Pomedio, que podría constituir la
primera representación de una divinidad realizada en nuestra región y que todavía
se conserva, con sus hasta 1,400 años de antigüedad.
Flora y fauna prehispánica de Autlán. |
En la sala 2 encontramos la
vitrina titulada Flora y fauna prehispánica de Autlán, que contiene
figuras que representan plantas y animales y que eran de uso común, como adornos,
instrumentos musicales o malacates. Pero también hay objetos hechos a partir de
huesos o conchas de animales, como tortugas, caracoles y mamíferos. Entre lo
más sorprendente de esta vitrina y de la exposición toda está un chile de unos 900
años de antigüedad que fue encontrado en buenas condiciones, conservado en lo
que parece ser un depósito de basura. Otra vitrina se titula A la moda
mesoamericana, que contiene figuras antropomorfas en las que se distinguen
las prendas y tocados de los personajes. Pero también hay aquí elementos como
un pequeño trozo de tela, al parecer de fibra de algodón, y una aguja de bronce
trabajada gracias a la tecnología de manejo de los metales introducida con la
influencia de la tradición Aztatlán. La tercera vitrina se titula La mesa
del buen comer y contiene piezas relacionadas con la comida y su
preparación, como metates y manos para moler. En uno de estos metates se pueden
ver restos de color rojo, que la doctora Pomedio dijo que podría tratarse de
grana cochinilla. En la última vitrina, que se titula Dar a luz y ser mujer,
una serie de representaciones de mujeres embarazadas o cargando bebés. En el
recorrido inaugural la arqueóloga dijo que estas figuras podrían ser
herramientas para la enseñanza de los trabajos de parto como recuerdos de
personas (mujeres y niños) fallecidas durante el alumbramiento. En todo caso, estas
representaciones son abundantes en los sitios estudiados.
Aspecto de la sala 3. |
En la sala 3 y última encontramos
una “vitrina tecnológica” con piezas sorprendentes: herramientas y útiles que
incluyen una maqueta incompleta de una casa, hachas, puntas de flecha, una
punta de cuarzo (pieza única en la región, según la doctora Pomedio), objetos
metálicos como pinzas para depilar, cascabeles o hachas pequeñas, que no se
usaban como herramientas sino como adornos o piezas funerarias. En las excavaciones
de Las Urracas se encontró un horno de fundición de metales, que con el tiempo
cayó en desuso y se convirtió en un vertedero de desechos, que con el paso de
los siglos se ha convertido en un tesoro. Hay también dos vitrinas grandes dedicadas
a mostrar ofrendas funerarias, entre las que hay objetos metálicos e
instrumentos musicales, piezas de concha y obsidiana como pulseras y puntas de
flecha, entre otros. La última vitrina se titula Divinidades y creencias
y contiene representaciones de divinidades, en materiales como mármol y barro. Entre
estas están las piezas de mayor belleza en la exposición. Al comentar las
piezas de esta sala la doctora Pomedio dijo permiten inferir que la del Autlán prehispánico
“no era una sociedad pobre, escasa de recursos” y que llegó a tener un alto
desarrollo cultural, con la presencia de artistas capaces de trabajar distintos
materiales.
"Los primeros autlenses" |
Al recorrer la exposición uno se
encuentra con carteles informativos llenos de datos de interés para la historia
de Autlán y para comprender mejor la muestra. Esta información, como la de las
fichas técnicas de cada pieza, están redactadas en un lenguaje llano y
coloquial, al alcance de cualquier persona, y en un estilo fresco, que se lee
con gusto. La exposición es la primera que se ha montado en Autlán con esta variedad
y riqueza de contenido y rigor académico, los autlenses no podemos dejar de
visitarla, primero para conocer nuestros orígenes pero también solo para pasar
un buen rato. Es imposible no imaginar a los personajes en las fértiles tierras
al pie de la sierra de Manantlán, con los tocados, los vestidos y los objetos
utilitarios que conocimos aquí.
1 comentario:
Muchas gracias por su interesante reseña! Saludos, Chloé
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