domingo, 24 de noviembre de 2019

Culminación de los trabajos de la conmemoración del 455 aniversario de la expedición de Legazpi y Urdaneta

El viernes 22 de noviembre de 2019 se celebró en el centro cultural Cihuatl, de Cihuatlán, la cuarta y última mesa de trabajo del programa académico con el que la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco (BSGEEJ), la Red Temática de Estudios Multi y Transdisciplinarios del Galeón de Manila y el Ayuntamiento de Cihuatlán conmemoraron el aniversario 455 de la expedición que descubrió el Tornaviaje desde Filipinas hasta la Nueva España y que partió de la actual Barra de Navidad el 21 de noviembre de 1564.
La mesa fue moderada por el doctor Edmundo Andrade Romo y se instaló a las 16:00 horas, con la asistencia de unas 150 personas, la mayoría estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria de Cihuatlán y del Centro Universitario de la Costa Sur. La primera actividad fue la presentación del libro Paisajes históricos del Puerto de la Navidad, de Luis Ernesto Dávila Rodríguez, socio del capítulo Costa Sur de la BSGEEJ, comentado por Guillermo Tovar Vázquez, cronista de Autlán. Este último hizo una descripción del contenido del libro, en cuya primera parte se hace una descripción de la atracción que ejercieron sobre Europa los productos asiáticos desde la Edad Media, lo que propició que los europeos buscaran durante siglos una ruta segura y barata para tener acceso a ellos. El autor del libro hace un recuento de las expediciones que con este objetivo se realizaron durante el siglo XVI, la época de los grandes descubrimientos, para culminar con la de Legazpi y Urdaneta, que logró establecer la tan buscada vía de comunicación entre Asia y Europa. En la segunda parte Dávila ofrece una versión de la historia de la Cruz del Astillero, reliquia histórica y, en su momento, religiosa, que fue labrada en el Puerto de la Navidad en la época en que ahí se construían naves para las expediciones por el Pacífico y, luego de diversas vicisitudes que le dieron fama de milagrosa, llegó al convento de Autlán en 1615, para regresar a Barra de Navidad apenas en 2018. De este retorno y de una visita previa que la Cruz hizo a Barra de Navidad en 2014 el autor ofrece crónicas detalladas, desde las gestiones que se realizaron hasta la forma en que la reliquia fue recibida. Según Tovar, estas crónicas serían la más importante aportación del libro para la historia de Barra de Navidad.
Luis Ernesto Dávila tomó la palabra enseguida para agradecer a quienes asistieron a la presentación, entre los que se contó a integrantes de asociaciones civiles que trabajan en Barra de Navidad, pero también a quienes le ayudaron a conseguir información en la investigación de quince años que le costó la publicación del libro. Sobre la Cruz dijo que puede ser un elemento que propicie un aumento en el turismo de la región, en el aspecto religioso, para poder equipararse a lugares como Talpa que, dijo, "no tienen temporadas" y todo el año reciben visitantes.
El empresario cihuatlense Antonio Morán adquirió, al final de los trabajos, seis ejemplares del libro para donarlos a igual número de escuelas del municipio de Cihuatlán.

Doctor Fabio Fucul Magaña.
Luego de la presentación del libro tuvieron lugar las dos últimas ponencias de la jornada. En primer lugar el doctor Fabio Fucul Magaña, oceanógrafo y profesor en el Centro Universitario de la Costa, de la Universidad de Guadalajara, presentó el trabajo Bezoar, la piedra curativa asiática. El ponente comenzó explicando que la palabra bezoar es de origen árabe y nombra a una cierta piedra que se forma en el estómago de algunos mamíferos y que, en la época de la Nao de China se le atribuían propiedades milagrosas: se creía que era un antídoto universal y la cura para cualquier clase de dolencia o enfermedad. Esto, desde luego, le daba un alto valor, que llegaba a equipararse al del oro. Era el "producto milagro" de la época, muy demandada por la nobleza, que era quien podía pagarla.
Aunque este tipo de piedras se forman en varias especies, el verdadero bezoar era el que se formaba en las entrañas de ciertas cabras que habitan en la región del actual Pakistán y que llevan ese mismo nombre. Incluso, el doctor Fucul nos explicó el proceso de creación de estas piedras, según la creencia de la época: la cabra bezoar buscaba, en cierta época del año, serpientes venenosas para comerlas. Al hacerlo se intoxicaba con el veneno, lo que le causaba mucho calor; para remediarlo se metía a los ríos o lagos, donde le bajaba la temperatura. Este enfriamiento, junto con el consumo de plantas medicinales que hacía el animal, "encapsulaban" el veneno y formaban la piedra, que contaba con las propiedades medicinales de la planta y con la fuerza del veneno que le habían dado origen. De ahí su eficacia.
Sin embargo, con el tiempo se fueron conociendo y consumiendo bezoares de otros animales, a los que se les atribuía propiedades específicas: entre ellos se encontraban los camélidos de la región andina, de los que se desató una caza desmedida para extraerles las piedras para venderlas como bezoares, poniéndolos en peligro de extinción.
El doctor Fucul explicó que no encontró registros oficiales de transporte de bezoares en la Nao de China, pero sí halló referencias a su posesión por mercaderes novohispanos y españoles, lo que podría ser un indicio de que sí se llegaron a transportar en esa ruta, pero como contrabando. La forma de consumir el bezoar, por cierto, era muy sencilla: había que ingerir un trozo pequeño con vino o algún otro líquido o frotarlo contra el cuerpo del enfermo para que surtiera efectos. Era tal el aprecio que tenían de él personajes como el rey Felipe II, que incluso tenía muebles especiales, similares a los usados para los huevos de Fabergé, para contenerlos.

La doctora Adriana Fernanda Pérez Vázquez (al centro de la mesa).
El cierre de la jornada estuvo a cargo de la doctora Adriana Fernanda Pérez Vázquez, doctora en Historia y profesora del Centro Universitario de la Costa, de la Universidad de Guadalajara. Ella expuso el trabajo Registros históricos de la Nao en la región Bahía de Banderas, producto de investigaciones históricas sobre la Costa de Jalisco y, específicamente, del análisis de tres obras de cronistas de la época del Virreinato, en los que halló referencias a la Nao de China en las costas de los actuales Estados de Jalisco, Nayarit y Sinaloa. Su ponencia se trató, precisamente, de exponer estas referencias y las biografías de sus autores.
El primer libro es la Descripción geográfica de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo León, del obispo de Guadalajara Alonso de la Mota y Escobar, escrito en 1604 pero publicado hasta el siglo XX. En él se describen los pueblos y comarcas de esos tres reinos. Entre estas descripciones están la mención de que en Purificación "algunos tratan de mercaderías de China" y una explicación de los motivos del cambio del Puerto de la Navidad al de Acapulco como destino de la Nao de China, debida a la cercanía con la ciudad de México. También habla del puerto de Matanchén, hoy San Blas, "donde reconocen todos los navíos de China a tomar refresco" y de la existencia de mercaderes que comerciaban con productos asiáticos en Culiacán, Zacatecas, Fresnillo, Durango y otras ciudades.
El segundo libro es la Descripción geográfica de la Nueva Galicia, de Domingo Lázaro de Arregui, hecho en 1621, donde se describen 30 poblaciones de este reino. Entre ellos están, desde luego, sus puertos: el de la Navidad, el de Piloto, las islas de Chamela y el cabo Corrientes. El autor también hace una descripción geográfica de la Costa y refiere las escalas que hacía aquí la Nao para tomar refresco.
El último de los libros reseñados es la Crónica miscelánea... de fray Antonio Tello, escrita en 1653, aunque terminada después de la muerte del decano de los cronistas jaliscienses por un autor anónimo. Este autor refiere la llegada de Pedro de Alvarado al Puerto de la Navidad con doce navíos, de paso para las Filipinas, cuando parte en auxilio de las autoridades españolas de Guadalajara para sofocar la rebelión indígena, donde encuentra la muerte. Tres de estas doce naves sí irían a las Filipinas, en una expedición que partió en 1542, al siguiente del fallecimiento de Alvarado.
Al terminar las ponencias la regidora de Cultura de Cihuatlán, Rosa Elia García Verdín, el director de Cultura, Eric Leomar Pérez Mendoza, el doctor Nabor de Niz, coordinador del capítulo Costa Sur de la BSGEEJ y el maestro Jesús D. Medina García en representación de la rectora del CUCSur, declararon clausurados los trabajos del programa académico del 455 aniversario de la expedición de Legazpi y Urdaneta

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