miércoles, 28 de septiembre de 2016

Voces sepultadas en los archivos 7: pilones para el Ayuntamiento


En mayo de 1821, apenas un mes antes de que los "americanos autlecos" juraran solemnemente la Independencia de México, el Ayuntamiento de Autlán se preocupaba por cosas mucho menos trascendentales: según un acta que obra en el archivo histórico municipal, el 4 de mayo de ese año los integrantes de este cuerpo idearon una novedosa forma de recaudar un poco de dinero de los comerciantes locales.
Aunque lo que tenía de novedosa esta idea, lo tenía también de ingenua: se pretendía que los comerciantes aplicaran en sus negocios un mecanismo que, en estos tiempos de auditorías electrónicas suena risible. Sin embargo, creemos que el método de recaudación asentado en esta acta no llegó a practicarse, debido a los grandes cambios que se verificaron con la consumación de la Independencia.
Enseguida transcribimos el acta, con la grafía adaptada a la actualidad, para su más cómoda lectura (los puntos suspensivos indican una laguna en el texto debida al deterioro del documento):

"En el pueblo de Autlán a los cuatro días del mes de mayo de mil ochocientos veinte y un años, estando reunidos en estas casas consistoriales los señores de este ilustre Ayuntamiento, el señor alcalde de segundo voto abrió la sesión proponiendo por arbitrio para darle fondos al público, el que se cobrasen los pilones que dejan de dar los comerciantes a los compradores y habiéndose discutido largamente… y probádose suficientemente que por componerse de diez y siete pilones o maravedís el medio tomín, se les defraudaba a los marchantes un pilón, por la costumbre de solo dar diez y seis, por tanto los señores de este cuerpo a pluralidad de votos resolvieron que se verifique el cobro desde el día siete de este, ordenando a los comerciantes que de cada medio que vendan echen en una vasija un grano de frijol para que, contados éstos cuando convenga, se sepa el adeudo que han formado, se recoja e introduzca a la arca de propios y arbitrios por mano del tesorero, que lo es el regidor don Pedro Cabezud, quien lo percibirá de los procuradores, a quienes toca hacer el cobro, y que estos dineros se distribuyan en obras de beneficencia y necesidad, como lo es la escuela de primeras letras, la construcción de un pozo de agua en la plaza principal, para que el público tenga menos necesidad, y otras que se juzguen convenientes y que para el efecto se forme un bando, se publique y fije en el lugar acostumbrado, con lo que se concluyó este acto que firmaron el presidente y demás señores de este Ayuntamiento ante mí, el secretario, de que doy fe."

Firmantes:
Josef Luis Brambila
Ricardo Villaseñor
José Lucas Gómez
José Fernando Corona
Pedro Cabezud

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