 |
Una vista general del mural En llamas. |
Dentro del programa del Festival
Rulfiano de las Artes 2025, que tiene su sede principal en Sayula, se incluyó
una actividad en Apulco, localidades ambas que se disputan ser la cuna del
escritor Juan Rulfo. En la calurosa tarde del domingo 18 de mayo fue inaugurado
el mural En llamas, de la pintora Brenda Guadalupe Vargas Ramírez, en una
pared de la calle Juárez de Apulco, frente al monasterio de los Adoradores Perpetuos
que en otro tiempo fue la casa grande de la hacienda propiedad de don Carlos
Vizcaíno. A la inauguración asistieron unas 40 personas, la mayoría procedentes
de Sayula, aunque no originarias precisamente de ahí: estaban, por ejemplo, los
hermanos Juan Carlos y Juan Pablo Rulfo Aparicio y otros participantes en las
actividades del Festival Rulfiano, junto con gente de Autlán, Zapotlán, la Ciudad
de México, San Gabriel y otros sitios.
A las 16:30 horas la autora del
mural dio un mensaje de bienvenida y agradecimiento a los asistentes, para
ceder luego el micrófono a la cantautora zapotlense Lorena Galindo, quien además
de tener raíces familiares en Apulco cuenta con un repertorio de canciones propias.
Ella cantó en esta oportunidad una de sus canciones, inspirada en la obra de Rulfo,
luego de lo cual vino el momento principal de la ceremonia, que fue la
develación del mural, que algunos de los asistentes llevaron a cabo ayudando a
quitar una tela negra con la que la obra fue cubierta previamente.
 |
Brenda Vargas explicando el mural. |
Ya develado el mural, Brenda dio
una breve explicación de sus elementos: dijo que es un homenaje a la obra de Juan
Rulfo y una reflexión sobre los fuegos que arden en nuestro tiempo, como la
violencia, la depredación de los recursos naturales o la ambición, que puede llevarnos
a destruir lo que más nos importa. El mural, dijo, es un llamado a reflexionar
sobre qué estamos quemando para obtener eso que ambicionamos; la pintora espera
que se convierta en una fuente de conversaciones importantes. En el mural
aparecen, de izquierda a derecha, un retrato de Juan Rulfo sentado sobre una
luna creciente, junto a una representación fantasmal de la famosa fotografía Los
arrieros, lograda por Rulfo en Apulco. El sol del llano, luminoso y dominante,
aparece al centro, llenando de color y calor la obra. A la derecha está el
llano cubierto de antorchas encendidas, como en el famoso pasaje posterior a la
muerte del padre de Juan Rulfo, don Cheno, en el que su cuerpo es llevado a San
Gabriel acompañado por un cortejo de personas que se alumbraban esa noche con
hachones de órgano que hacían parecer que el llano estaba en llamas. En esta
sección aparecen también dos figuras fantasmales dando la espalda al espectador
y en actitud de caminar, que representan a los dos personajes, Tanis y Librado,
en el momento de dejar atrás a Feliciano Ruelas en el cuento La noche que lo
dejaron solo. La obra concluye con la representación de la quema de un bosque
en el que posteriormente habrá una plantación de aguacate.
 |
Dentro de la casa. |
 |
Lorena Galindo. |
Luego de unos minutos que los
asistentes aprovechamos para observar el mural y tomar algunas fotos mientras
escuchábamos nuevas interpretaciones de Lorena Galindo, los organizadores
ofrecieron bocadillos y bebidas al interior de la casa en cuya barda se pintó
la obra y que también pertenece al monasterio. En las piezas de esta casa estaban
expuestos algunos cuadros de las pintoras Brenda Vargas y Esteher Sandoval, ambas
de Apulco.
Juan Rulfo y su obra siguen siendo un elemento
distintivo de la identidad de los pueblos de esta región, cuyos ambientes y
carácter quedaron plasmados en la obra de este escritor cimero de las letras
hispánicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario