Foto tomada de la galería de personajes autlenses del Ayuntamiento.
Nació en Guadalajara el 24 de marzo de 1852, donde se casó con la profesora normalista María de Jesús Luna en el año 1877, mismo en el cual se tituló y se radicó en Autlán, donde inataló la botica que llamó con su nombre: "Botica de Abel E. Uribe".
En Autlán instaló el primer teléfono urbano en el año de 1911, de su botica a una granja que tenía por la calle de Manuel Doblado. En ella estableció un horno para hacer ladrillos ingleses, con los cuales edificó solidísimas casas, varias que aún perduran y cuyas paredes soportaron, sin cuartearse siquiera, el gran terremoto de 1932.
En 1926 empezó a producir teja moderna, de barro, elaborada de manera que no sufría filtraciones. Estableció también una fábrica de ladrillo mosaico, prestando sus máquinas a los vecinos, para que los hicieran y emplearan en sus casas sin cobrarles un solo centavo y prestándolas también sin cobro alguno para las obras del piso de la parroquia del Divino Salvador. Estableció fábrica de sifones (agua de sifón) y de bebidas gaseosas, donde produjo además ginger ale legítimo, preparado con jengibre de la costa, que es la materia principal. Utilizando también plantas medicinales de la costa, citadas en la farmacopea, producía en sus propios laboratorios las tinturas y extractos que se emplean en farmacia. Elaboraba además otros materiales farmacéuticos de alta calidad, de manera que cuando sobrevino la escasez producida por la I Guerra Mundial, de Guadalajara le hacían los pedidos que necesitaban las farmacias y droguerías de esa capital.
Descubrió la papaína y el renombrado profesor don Adrián Puga de la Universidad de Guadalajara así lo hizo saber a sus alumnos en sus clases, testificando que otro profesor en farmacia se apropió del descubrimiento, haciéndole aparecer como de él y no del profesor Abel.
Don Abel E. Uribe llevó además un registro científico de las precicpitaciones pluviales, temperaturas a la intemperie máximas y mínimas y presiones barométricas, tomaba cotidianamente las precipitaciones pluviales cada vez que las había, aunque fuesen mínimas. Estos registros los llevó posteriormente su hijo el profesor don Adán Uribe Luna hasta su muerte y desgraciadamente los tiraron como basura las personas que adquirieron la finca a la muerte de los dos.
Desempeñó la jefatura política de Autlán interinamente en 1887 y 1904 y fue regidor del Ayuntamiento de 1884 a 1887, en 1896 y 1905.
En 1890 fue el más entusiasta para que se hiciera el jardín de lo que había sido la Plaza del Mercado, el jardín Francisco I.Madero, hoy jardín Constitución, para el cual aportó muchas plantas e intervino entre los vecinos para que también ellos aportaran otras más.
Don Abel E. Uribe recibió de la Universidad Pontificia del Vaticano un premio en efectivo y un pergamino como reconocimiento a su profunda y amplia investigación sobre las propiedades medicinales de las plantas de esta región y por el descubrimiento de la papaína.
Honró a la Patria participando en innumerables actos cívicos y como parte del Comité Organizador de las Fiestas del Centenario de nuestra independencia en esta ciudad que lo adoptó hasta su deceso.
Tomado del libro "Ciudadanos Distinguidos de Autlán" de la ESP Bertha Alicia Gutiérrez Lugo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario