viernes, 20 de agosto de 2021

Recordando al maestro Agustín Corona Luna comenzó el V Festival Áurea Corona

El maestro Enrique Flórez.

 Con una plática del gran guitarrista Enrique Flórez comenzó este jueves 19 de agosto la 5ª edición del Festival Áurea Corona, cuyas actividades, igual que en la edición de 2020, serán todas a distancia. Esta plática inaugural comenzó a las 20:00 horas y fue transmitida por la página de Facebook del festival. Fue presenciada, en ese medio, hasta por 41 personas.

La presentación comenzó con un largo preámbulo con mensajes de bienvenida al Festival, por parte de representantes de algunas de las instituciones que intervienen en su organización: Agustín Godoy Pelayo, promotor del Festival; Adriana Ruiz Razura, presidente de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco; Jorge Souza Jauffred, presidente de la corresponsalía Guadalajara del Seminario de Cultura Mexicana; Orlando Israel Ramírez Ramírez, jefe de Arte y Cultura del Ayuntamiento de Autlán, y Fausto Nava González, coordinador del Capítulo Costa Sur de la BSGEEJ.

Enseguida comenzó la plática del maestro Flórez, quien hizo una semblanza de Agustín Corona Luna, uno de sus primeros maestros de música, pero también nos dejó profundas reflexiones sobre el aprendizaje, el arte y la vida. Del maestro Corona dijo que fue su segundo padre, puesto que lo crio desde niño al quedar huérfano. Viviendo en su misma casa tuvo contacto con la música desde muy temprano en su vida, pero no solamente mediante el sentido del oído sino también mediante la vista y el tacto, al tener disponibles instrumentos musicales, partituras y otros elementos de esta arte. En esa misma casa había pintura, escultura y otras artes plásticas gracias a que la señora Esperanza Flores, esposa del maestro Agustín, las cultivaba.

Agustín Corona Luna le enseñó música con método, pero no solo eso: le enseñó a observar la naturaleza desde el punto de vista científico. El maestro Flórez narró cómo Agustín Corona construyó un reloj de sol con un panel de madera, que ambos instalaron en la azotea de su casa, desde donde observaban también las constelaciones. Enrique Flórez habló en este momento de un criterio renacentista, refiriéndose a la amplitud de intereses y de capacidades que el hombre puede desarrollar.

Como compositor, dijo que Agustín Corona Luna tuvo la gracia de traernos el mundo del porfiriato con su obra. Fue en esa época cuando el maestro Corona aprendió a escuchar e interpretar música, todavía viviendo en Autlán, y en sus composiciones posteriores tomó algunos elementos de esas corrientes musicales aunque con un mayor grado de sofisticación. Respecto a las clases de música que tomó con él, dijo que de no haber estudiado “las técnicas tan duras” de Corona Luna no habría podido acceder a los grandes maestros de guitarra con los que aprendió en Europa, como Andrés Segovia y Narciso Yepes. Corona Luna le dio, entonces, los fundamentos para lograr aprender de los mayores maestros de guitarra de su época y poder alcanzar el virtuosismo.

El maestro Flórez enriqueció su plática con música grabada por él mismo, como el Preludio para laúd de Bach (una de las favoritas de Corona Luna) y Meditación, compuesta por el mismo Agustín Corona Luna. Pero también con comentarios muy profundos sobre diversos temas: dijo que “no se puede hacer nada sin el autodidactismo”, refiriéndose a la necesidad de tener interés y hambre de aprender para poder acceder al conocimiento; que el virtuosismo en la música debe cultivarse necesariamente desde la niñez; de la “indigestión cultural” que padecemos en la actualidad, fruto de la rapidez en la mezcla de influencias que anteriormente podía tardar siglos; sobre el problema de “confundir la imagen con la realidad”, hablando del llamado ambiente virtual. Cerró con la recomendación de ejecutar la búsqueda artística por dentro, en la sensibilidad propia, pero también por fuera, en la cultura y la información.
La plática completa del maestro Enrique Flórez se puede ver en este enlace.

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