Víctima de la fatal combinación de la falta de cultura cívica de algunos de sus vecinos y de la poco efectiva vigilancia de las autoridades municipales, la plaza Carlos Santana está sumida en un proceso de deterioro muy acelerado. La totalidad de sus instalaciones están vandalizadas y en algunas se observa el robo de piezas de metal.
El foro, que cuenta en su parte baja con camerinos y oficinas donde lo mismo ha habido casetas de vigilancia que oficinas de recaudación municipales, es constantemente atacado con pintas de aerosol hechas por las distintas pandillas que pueblan las colonias del sur de Autlán. Aparte, se observa deterioro por humedad en los pilares de los arcos y una novedad: en estos días se quebraron con ladrillos y piedras los tragaluces de los camerinos, para dejarlos como se ve en la foto.
El kiosco, que en sus buenos tiempos fue uno de los más bellos de Autlán, es ahora una lástima. Además de las pintas que forran sus pilares, piso y partes del techo, ya le faltan varias piezas del barandal, incluyendo un tramo entero.
La inclonclusa rotonda de los músicos autlenses, donde se encuentra la mundialmente famosa estatua de Carlos Santana hecha por Ricardo Ponzanelli, también presenta pintas tanto en el pedestal de esta estatua como en los mosaicos, humedad en los pìlares donde alguna vez se dijo que se colocarían los bustos de músicos autlenses y deterioro de la pintura del mencionado pedestal. La placa de esta rotonda desapareció hace ya muchos años pero no se ha repuesto.
Lo único rescatable de esta plaza siguen siendo sus prados, a los que sí se les da mantenimiento constante. Por lo demás, es una pena visitar este lugar que, con un poco de visión y cuidado, pudo haber sido un importante atractivo turístico del pueblo.
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