Para los que estamos exiliados no sólo de nuestra ciudad,
sino de nuestro pais, estas celebraciones son medio fantasmas
y es que no sabemos ni en que día vivimos.
Sin embargo es tan fácil recurrir a la nostalgia
y morirse de envidia ante nuestro yo pasado
que se encuentra dando la vuelta en el jardín esperando
el famoso grito al que a veces ni atención poníamos.
Las serenatas, el torito y el castillo... ahhh que tiempos aquellos.
El día quince desde temprano estar pensando en correr al centro por
la noche a juntarse con los amigos.
En una ocasión la mamá de una vecina le dijo, "¿a poco no vas a salir
al jardín ahora?" y ella le respondio, "ay amá ¿a que voy?"...
"pus a agarrar novio, pa eso es 'ora"...
En un par de ocasiones cante en la explanada del jardín del Grullo
durante el periodo de gobierno de García Robles.
Me acuerdo de la mentada Ley Seca que obligaba a los más listos (y más alcoholicos haha)
a abastecerse de caguamas el día anterior para tener con qué celebrar de Hidalgo
en la azotea de algún cuate.
En la mañana del 16 ir a ver el desfile a las principales calles de la ciudad que
aunque no esta tan bonito -como muchos dicen- como el del 20 de noviembre
porque no hay carros alegóricos y no van los chiquillos disfrazados de villas y adelitas
pues también sirve para socializar y de allí irse a ver el "beis bol" o a los toros, al río o
a comer, según la preferencia de cada quién...
De veras que esos días no se olvidan y como lo digo, menos estando acá
donde todos los días son iguales, donde sólo hay tres festejos por año
y el mentado super bowl...
Es en días como estos que más extraño estar alla, en El Grullo y en Autlán,
aunque se la pasen peleando por ver cuál es el más chido... ah, ese olorcito
a aceite de que están preparando enchiladas en el jardin... caray!!!
En fin...solo me llegó la nostalgia... y pues Viva toda la letanía que gritan los presidentes y sobre todo, cómo no, "que Viva México".
sino de nuestro pais, estas celebraciones son medio fantasmas
y es que no sabemos ni en que día vivimos.
Sin embargo es tan fácil recurrir a la nostalgia
y morirse de envidia ante nuestro yo pasado
que se encuentra dando la vuelta en el jardín esperando
el famoso grito al que a veces ni atención poníamos.
Las serenatas, el torito y el castillo... ahhh que tiempos aquellos.
El día quince desde temprano estar pensando en correr al centro por
la noche a juntarse con los amigos.
En una ocasión la mamá de una vecina le dijo, "¿a poco no vas a salir
al jardín ahora?" y ella le respondio, "ay amá ¿a que voy?"...
"pus a agarrar novio, pa eso es 'ora"...
En un par de ocasiones cante en la explanada del jardín del Grullo
durante el periodo de gobierno de García Robles.
Me acuerdo de la mentada Ley Seca que obligaba a los más listos (y más alcoholicos haha)
a abastecerse de caguamas el día anterior para tener con qué celebrar de Hidalgo
en la azotea de algún cuate.
En la mañana del 16 ir a ver el desfile a las principales calles de la ciudad que
aunque no esta tan bonito -como muchos dicen- como el del 20 de noviembre
porque no hay carros alegóricos y no van los chiquillos disfrazados de villas y adelitas
pues también sirve para socializar y de allí irse a ver el "beis bol" o a los toros, al río o
a comer, según la preferencia de cada quién...
De veras que esos días no se olvidan y como lo digo, menos estando acá
donde todos los días son iguales, donde sólo hay tres festejos por año
y el mentado super bowl...
Es en días como estos que más extraño estar alla, en El Grullo y en Autlán,
aunque se la pasen peleando por ver cuál es el más chido... ah, ese olorcito
a aceite de que están preparando enchiladas en el jardin... caray!!!
En fin...solo me llegó la nostalgia... y pues Viva toda la letanía que gritan los presidentes y sobre todo, cómo no, "que Viva México".
Autor: Sonia Véjar
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