![]() |
De izq. a der.: José María Michel, Guillermo Tovar, José Luis Ortiz, Rafael Cisneros, Gabriel Michel, Arturo Valdez y Alfredo Meza. |
Los participantes en este conversatorio
fueron, en orden de intervención, Guillermo Tovar Vázquez, cronista municipal
de Autlán; Alfredo Meza Ramos, director del Museo Juan Rulfo, de Tuxcacuesco;
Gabriel de la Asunción Michel Padilla, cronista municipal de El Limón; José
María Michel Padilla, empresario destilador de El Limón; Arturo Valdez,
escritor, editor y artista plástico originario de Guadalajara, y José Luis
Ortiz García, investigador tonayense. Como moderadora fungió la abogada Veiruth
Gama Soria.
El primer turno fue para el cronista
autlense, quien expuso el trabajo “Elementos de identidad regional en la obra
de José Trinidad Lepe Preciado”. Explicó que eligió este tema para cumplir con
lo que solicitó el director de Cultura de Tonaya, Jesús Rosales Vega, cuando lo
invitó a participar en el conversatorio, que era algún tema que hermanara a los
municipios del llano y sus alrededores, pero también para rendir un homenaje al
escritor Trinidad Lepe, de quien el día 24 de abril se cumplieron 23 años de su
fallecimiento. Luego de algunos datos biográficos de Lepe, el ponente expuso
algunos pasajes de su obra en los que se retratan elementos del paisaje, de las
costumbres y tradiciones y de las formas de hablar de la gente de la región que
tiene como centro al llano rulfiano y que se extiende desde Autlán hasta
Zapotlán. En estos pasajes, y en la obra en general de Trinidad Lepe, se pueden
encontrar estos elementos que retratan la forma de estar en el mundo de la
gente de esta región, por lo que el cronista llamó a valorar y divulgar sus
textos y, en el caso particular de Tonaya, a incluir a este escritor en su
galería de personajes ilustres.
Enseguida, el director del Museo
Juan Rulfo relató su hallazgo, completamente fortuito, de unas cajas con
papeles antiguos abandonadas en una oficina municipal, que resultaron contener
tesoros documentales invaluables. En su exposición mostró algunos de ellos: una
petición de mejora de los caminos alrededor de Tuxcacuesco de 1667, propaganda
electoral de Benito Juárez, una copia del tratado de Guadalupe Hidalgo, entre
otros. También pidió ayuda para convencer a los habitantes de Tuxcacuesco de
visitar su Museo y sobre qué hacer con esos documentos.
El cronista de El Limón presentó
parte del trabajo titulado Tras las huellas históricas de Tonaya, un
trabajo extenso del que solo pudo exponer lo que cupo en los diez minutos que
cada ponente tenía para su intervención. Don Gabriel empleó este tiempo en
exponer seis datos históricos de Tonaya: la mención de este pueblo que aparece
en la suma de visitas de 1543, la que hace Lorenzo Lebrón de Quiñones en su
visita de 1550, la descripción de Tonaya, incluyendo el significado de su
nombre, en el informe del alcalde Agüero de Zapotitlán del 4 de septiembre de
1579; el acta del anuncio que se hizo en el pueblo de Tonaya el 15 de enero de
1668 de la petición de una merced de tierras, la descripción de los pueblos del
llano hecha en 1743 por Antonio de Herrera y el censo de habitantes de 1649,
del que mencionó los nombres de algunos habitantes de Tonaya.
El señor José María Michel, quien
se dedica a la destilación de licor de agave, expuso de manera sencilla,
entendible para quienes no estamos familiarizados, el proceso de destilación,
que se realiza en cuatro etapas: primero hay que contar con piñas de agave de
seis a siete años de maduración, con buena cantidad de inulina, con ellas se
procede al cocimiento, tarea que transforma la inulina en fructosa y para la
que existen equipos muy variados, desde los más elementales hasta los que
utilizan las fábricas que producen grandes volúmenes y que cuentan con
tecnología de punta. En todos los casos, se debe cuidar la temperatura y la
presión a la que se realiza el cocimiento, para asegurar un producto de buena
calidad. Luego viene la fermentación, que consiste en moler las piñas cocidas y
mezclarlas con agua y levaduras y que no debe durar más de 72 horas en lugares
de clima cálido, como Tonaya, para transformar el azúcar en alcohol; el proceso
final es la destilación, en la que se separan los alcoholes bebibles de los que
no son aptos para consumo humano. En este proceso, explicó el destilador, es importante
eliminar “las cabezas”, es decir, el primer líquido que sale de la destilación
y que no es otra cosa que metanol, un alcohol venenoso para los humanos. En opinión
de don José María, el cuidado de este proceso es más importante que el volumen
de producción o la publicidad que se le pueda aplicar a un producto.
Enseguida, el escritor tapatío
Arturo Valdez leyó un texto preparado para esta ocasión, con el título Tonaya
en ´¿No oyes ladrar los perros?´”, que inicia con una reflexión sobre el
paisaje en la literatura y continúa con un análisis de los elementos de la obra
de Juan Rulfo con los que se describe el paisaje de esta región: polvo,
soledad, tierras semidesérticas, intensidad del sol; así como del cuento de
Rulfo que se menciona en el título de su ponencia. Dijo que el del sur de
Jalisco es un paisaje con identidad propia y que esta región se pinta sola y se
muestra a todo el mundo.
José Luis Ortiz cerró el
conversatorio con una exposición sobre la destilación de licor de agave en la
región durante la época prehispánica. Afirmó que esta región fue más importante
que la de Tequila y Amatitán en los ámbitos político y económico que aquí se
destilaba mezcal 200 años antes que en esos lugares y comentó algunas formas de
destilación del agave antes de la llegada de los españoles, que se hacía en
ciertas ollas de barro en las orillas del conocido como río Grande, tributario
del Armería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario