miércoles, 4 de noviembre de 2020

La Inquisición en la Nueva Galicia según el doctor Rubén Villaseñor


 


La blasfemia pagues que hablaste

Delante de un espíritu del cielo

Parte del proceso por judaizante a Juan Bautista de Corvera


En Autlán es muy conocido el nombre del doctor Rubén Villaseñor Bordes, como el de un personaje originario de aquí que publicó un libro de historia de Autlán. Sin embargo, el doctor Villaseñor tiene una bien ganada posición como historiador formal en otros ámbitos, sirviendo su obra todavía en nuestros días como fuente para investigaciones sobre historia del Occidente de México.

Una de las publicaciones del doctor Villaseñor que no necesariamente tienen que ver con Autlán es un libro breve pero muy rico, que desde el título ya nos promete mucho: La Inquisición en la Nueva Galicia (Siglo XVI), publicado en 1959 en Guadalajara, con un tiraje de apenas 400 ejemplares. En 160 páginas, don Rubén nos da un panorama sobre los primeros años de trabajo de este temido tribunal pero también nos aclara algunos aspectos sobre la leyenda negra que hasta nuestros días todavía se cierne sobre él.

En la Introducción del libro el autor explica cómo la Inquisición había sido hasta mediados del siglo XX un ente estudiado deficientemente, solo difundido mediante la publicación de procesos notorios y lo que él llama la “sucia corriente” de las plumas liberales del siglo anterior, encabezada por Vicente Riva Palacio. Villaseñor acudió al Archivo General de la Nación para escarbar en su acervo sobre los trabajos del tribunal en la Nueva Galicia en el siglo XVI pero no para encontrar historias espectaculares sino para, mediante un paciente trabajo de paleografía, extraer los nombres y referencias de personas, lugares, comercios, escuelas y, en fin, de todas las minucias que formaban la vida cotidiana de lo que siglos después llamaríamos Jalisco.

Porque las investigaciones del doctor Villaseñor no se limitaron a lo que aconteció en Guadalajara sino que abarcan todos los pueblos dependientes del obispado de Guadalajara cuyos nombres conservan los archivos de la Inquisición: ahí encontramos, claro, a nuestro Autlán y al comarcano Zacapala (ahora desaparecido), al minero Guachinango y al fronterizo Etzatlán, entre muchos otros.

Las motivaciones que esgrime el doctor Villaseñor para tomarse el trabajo de un año en el archivo, cuyo fruto fue este libro, son principalmente dos: revalorizar la vida y trabajo de los cleros secular y regular en Nueva Galicia, enriqueciendo las fuentes históricas de la Colonia que hasta entonces se limitaban casi por completo a las crónicas de los frailes franciscanos; la otra la expresa poéticamente como “es que en parte alguna la vena del añejo vivir corre tan cristalina”.

Luego de la Introducción, bajo el subtítulo de Actividades Pretribunalicias, el autor hace una relación breve de cómo se llevaba adelante el trabajo de control de la vida religiosa en el obispado de Guadalajara antes de la instalación del tribunal. El obispo, por el simple hecho de serlo, era inquisidor ordinario, mientras que los sacerdotes de los pueblos podían servir como auxiliares e, incluso, como jueces, previo nombramiento especial. Esta parte incluye una interesante lista de los pueblos que contaban con sacerdote y los nombres de éstos, en 1570, y concluye con una cronología de la actuación como inquisidores de los obispos neogallegos en este periodo.

Enseguida, bajo el subtítulo de Establecimiento del Tribunal y Consecuencias Locales, se explica la historia de la creación del tribunal en España, su instalación en México el 4 de noviembre de 1571 y cómo este hecho cambió la forma de trabajar del clero de Nueva Galicia. También se incluye una relación de los obispos neogallegos del siglo XVI y su actuación como parte integrante de la Inquisición.

Luego de estos preámbulos viene la parte más interesante para los curiosos ojos jaliscienses: la relación, organizada por delitos, de los procesos encontrados por Villaseñor en el archivo: causas por blasfemia y palabras mal sonantes, por hechicería, procesos seguidos a judaizantes, a bígamos, a clérigos y a frailes y, por último, un riquísimo epistolario entre los obispos de Guadalajara y funcionarios de la Inquisición.

La lectura de este libro es una forma inmejorable de acercarnos a la infancia de nuestra sociedad jalisciense, que nos puede arrojar luz sobre nuestros tabúes, atavismos y, en general, sobre la formación de nuestra identidad.

La Inquisición en la Nueva Galicia (Siglo XVI), de Rubén Villaseñor Bordes, fue publicado por la imprenta Vera, de Guadalajara, el 30 de diciembre de 1959. No cuenta con ISBN.

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