miércoles, 22 de enero de 2020

Conferencia sobre la vida y obra de Alfonso Corona Blake en Musaz


Foto de Martha Corona.

Este martes 21 de enero en la cafebrería Musaz comenzaron los trabajos que durante tres días se desarrollarán ahí en el programa de un homenaje que rinde ese espacio junto con la profesora de teatro Andrea Reynoso al cineasta autlense Alfonso Corona Blake. Y comenzaron justo a las 17:30 horas con una conferencia sobre la vida y la obra de este personaje, a cargo del cronista municipal Guillermo Tovar Vázquez.
Luego de una introducción donde agradeció a los organizadores por la invitación a participar, el cronista precisó que Alfonso Corona Blake nació en Autlán, en la finca marcada con el número 4 de la calle de Guillermo Prieto, el 2 de enero de 1919 y no en El Grullo, como lo mencionan algunas versiones que circulan en Internet. Para demostrar el lugar de nacimiento de Alfonso mostró el registro que por este hecho se levantó en la oficina del Registro Civil de Autlán, a cargo del presidente municipal Florencio Topete Valencia, futuro secretario general del territorio de la Baja California, presidente municipal de Guadalajara y candidato a gobernador de Jalisco.
Tovar habló enseguida sobre el origen familiar de Corona Blake, perteneciente por línea paterna a la familia CORGOMIURI, con presencia en la región desde el siglo XVI, según las investigaciones de Sylvia Corona Cortés. También habló algunas particularidades de sus parientes más destacados: su tatarabuelo Pedro Michel Corona, dueño de la hacienda de Ahuacapán y gobernador interino de Jalisco en 1834, y su hermano Sergio, empresario taurino y de espectáculos, político y un personaje  importante en la historia de El Grullo. También refirió la anécdota que rescató don Ramón Rubín sobre el gesto de humanidad que tuvo doña Laura Blake, la madre de Alfonso, con los despojos del bandolero Roberto Moreno que eran exhibidos en la Presidencia Municipal de Autlán por los federales.
Para ubicar mejor al personaje en el entorno autlense, el expositor describió la forma de vida en la época del nacimiento de Alfonso: depresión económica y zozobra debidas a las fechorías de Pedro Zamora, con gestos de vitalidad reflejados en la creación del Club Recreativo Autlense, primer club deportivo fundado en Autlán, la instalación de los primeros baños públicos por Ireneo Barragán y la llegada del primer automóvil en 1918. El Carnaval no podía quedar fuera de esta relación, al ser los hermanos Corona Blake activos participantes del mismo dentro del gremio Pollos durante su juventud, de lo que mostró algunas fotografías.
Luego de comentar algunas de las películas más representativas del cine mudo mexicano, como La banda del automóvil, Santa o El automóvil gris, creadas o estrenadas en 1919, año de nacimiento de Alfonso, el cronista narró lo más relevante de los primeros años de vida de Corona Blake: sus estudios primarios en la Escuela Superior para Niños dirigida por María Mares, donde recibió clases de Magdalena Arias (ambas maestras también de Antonio Alatorre) y su partida a Guadalajara y a la ciudad de México a continuar sus estudios en la década de 1930. De esta época también se comentaron algunas de las películas mexicanas más relevantes, ya sonorizadas y que Alfonso pudo haber visto en las salas de cine de Guadalajara.
La segunda parte de la exposición estuvo dedicada a la obra de Alfonso Corona Blake: su llegada accidental al cine, participando como extra en El bastardo (1939), de Ramón Peón (el otro extra era nada menos que José Elías Moreno), otros papeles que desarrolló en películas menores y su debut como apuntador en Odio (1944). El cronista comentó que a Alfonso Corona le tocó llegar al cine cuando comenzaba su época de oro en México y, antes de dirigir su primera película tuvo la oportunidad de aprender durante 17 años en ese medio propicio y desempeñando distintos trabajos: actor, apuntador, guionista y asistente de director.
En 1956 le llega la oportunidad de dirigir su primera película, El camino de la vida, con la que tiene un debut soñado: elogiado por la crítica, se convierte en la película más ganadora de los premios Ariel de 1957, junto con Talpa, de Afredo Crevenna, y se exhibe en el Festival de Cine de Berlín donde obtiene mención honorífica y es considerada por el público como la octava mejor película. Alfonso ganó por esta película la insignia José Clemente Orozco del Congreso de Jalisco.
El expositor comentó, por último, algunas de las más importantes entre las 27 películas que dirigió Corona Blake: Sed de amor, comparada por algunos críticos con la obra de Emilio el Indio Fernández, Santo vs. las mujeres vampiro, el drama moralizante El cielo y la tierra y Más allá de la violencia, con la que se despide del cine. Aunque menospreciadas por la crítica nacional, las películas de luchadores de Corona Blake conocieron un relanzamiento junto con todo el cine de este género a partir de los años 1990, cuando fueron incluidas en festivales de cine en Europa y en recopilaciones de lo más representativo del cine mexicano de terror.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pará mi fue un onor trabajar en su casa cuando yo trabajé con ellos el ya no veía pero tengo buen recuerdo de ellos