viernes, 24 de mayo de 2019

Nomenclatura urbana 14: calle de Amado Nervo


A pesar de su más bien prosaico nombre, la colonia Echeverría se caracteriza por el hecho de que la totalidad de sus calles llevan nombres de escritores mexicanos. Ahí donde otras colonias o fraccionamientos han aprovechado para colocar nombres de árboles, de municipios jaliscienses y aún de lugares inexistentes (como algunos “valles” de la colonia Valle del Vergel), en la ya antigua colonia Echeverría se mantiene en la memoria colectiva por lo menos el nombre de algunas de las figuras más relevantes de las letras hispánicas.

Arranque de Amado Nervo hacia el norte.

Una de estas figuras, y no la más discreta, es Amado Nervo. Podemos hacer un recorrido por su calle autlense arrancando en la orilla del Coajinque, muy cerca de donde inicia la nueva carretera a Purificación y entre los dos grandes puentes que cruzan este arroyo y sirven de ingreso a la colonia desde el centro de Autlán. En este punto se pueden notar la anchura y rectitud de la calle, así como su pobre urbanización: con un empedrado en muy mal estado y tramos de banqueta inexistentes, en esta primera cuadra abundan los lotes baldíos, uno de ellos habitado por una manada de borregos. A excepción de un negocio de materiales para construcción que se encuentra justo en la esquina donde comienza nuestro recorrido y un local comercial que se ofrece en renta una cuadra más adelante, las dos primeras cuadras de esta calle son netamente habitacionales, con casas de reciente construcción, de arquitectura sencilla y que presentan, casi todas, los típicos barandales de herrería.

Vista de la plaza Carlos Santana.

La tercera cuadra está ocupada, en su costado oriente, por la plaza Carlos Santana, sitio de reunión preferido, junto con el Paseo del Coajinque, por los vecinos de la colonia y de más allá del arroyo. En una tarde típica aquí podemos ver a grupos pequeños de niños jugando futbol, a adultos caminando alrededor del parque y a personas de cualquier edad ocupando algunas de las bancas, a la sombra de los umbrosos árboles el parque, consumiendo alguna de las botanas que se venden tanto en la plaza como en las casas frente a ella: duros con pepino, hielitos de sabores, nieve, refrescos, papas fritas, elotes cocidos, palomitas, raspados… de hecho, las casas de esta tercera cuadra se diferencian de las dos anteriores especialmente en la abundancia de puestecitos vespertinos de este tipo de viandas. En esta parte de la plaza Carlos Santana, por cierto, se encuentra una estación del sitio de taxis Francisco I. Madero, aunque no siempre hay carros disponibles.


La última cuadra de esta calle, antes de llegar a su cruce con Fresno y convertirse en División del Norte, es mucho más activa desde el punto de vista comercial: aquí está el supercito (tienda departamental en pequeño, aunque no tanto como una tienda de abarrotes) más grande de la colonia, una bien establecida carnicería, una panadería, una veterinaria, un autolavado, entre otros negocios menores. Aquí también se puede observar una actividad social más o menos intensa en las horas en que terminan las misas dominicales que se dicen en el templo parroquial de San Juan Diego, uno de los más nuevos de la diócesis y que se encuentra aún en construcción casi al final de la calle. Al salir de misa los feligreses encuentran siempre algún motivo para quedarse un rato platicando sobre la banqueta.

El templo parroquial de San Juan Diego en construcción.

Frente al templo hay un lote que, si bien no contiene alguna construcción, no puede considerarse baldío: dentro de él hay una variedad de bien cuidadas plantas, presididas por mezquites y guamúchiles de buen tamaño que constituyen un oasis para las calurosas tardes veraniegas.



Flores de mayo

Amado Nervo fue un poeta mexicano, considerado pilar del movimiento modernista, nacido en Tepic en 1870. También tuvo una carrera diplomática que arrancó a finales del porfiriato y que lo llevó a representar a México en distintos países de Europa y Sudamérica. Falleció el 24 de mayo de 1919, hoy hace 100 años, en Montevideo, donde se le celebraron funerales de Estado y de donde, cuatro meses después, zarpó la corbeta Uruguay con sus restos hacia México. En el trayecto, que duró dos meses más, le fueron rendidos homenajes a Amado Nervo en Brasil, Venezuela, República Dominicana y Cuba. El 14 de noviembre su cadáver fue inhumado en la Rotonda de los Hombres Ilustres de la ciudad de México.

La calle de Amado Nervo desde su extremo norte.

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