En la casa que construyeran don Domingo y doña Luisa durante la década de 1950. |
Por Hirineo Martínez Barragán
El pasado sábado 8 de enero de 2022, a la 1:06 de la madrugada falleció el doctor J. Jesús Gómez Fregoso, mejor y más conocido como el Padre Chuchín.
Durante ese día y posteriores, mucho se ha escrito sobre el personaje y su trayectoria; sin duda fue una noticia que conmocionó a Guadalajara, en particular a la comunidad académica y religiosa.
Como sacerdote perteneció a la Compañía de Jesús y como académico, además de ser un acucioso historiador, fue profesor en el ITESO y en la Universidad de Guadalajara, tanto en la preparatoria número 2 como en la licenciatura en historia del CUCSH (Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades). En ambas instituciones formó múltiples generaciones de bachilleres y profesionistas, principalmente en el campo de la historia y las humanidades.
Entre estas generaciones se distinguían sus “nietas”, las egresadas del ITESO, las de la preparatoria número 2 y las de la licenciatura en Historia, con las que alternaba con frecuencia, por separado y en conjunto.
El padre Chuchín era sin duda un erudito, bibliófilo, políglota, etcétera, muy comprometido con su labor docente, con sus alumnos y con la verdad histórica. Era historiador de profesión con doctorado en París.
Su amplio conocimiento sobre el mundo real, espiritual y de los libros, así como su bien cultivada inteligencia, fueron producto también de sus múltiples viajes y estancias en distintos lugares del mundo, como París y Roma, entre muchos otros.
A mi me honró con su amistad desde hace poco más de una década. Lo conocí en los pasillos del CUCSH, ahí lo encontraba con frecuencia, rodeado siempre de mujeres, tomando café o simplemente charlando. Pasaba y saludaba, hasta que un buen día le externé coloquialmente la envidia de la buena que me daba por verlo siempre rodeado de mujeres, ¡tan bien acompañado! En tertulias siempre muy animadas, a lo que respondió invitándome a que me uniera al grupo, a lo cual decliné en su momento y por algunas otras ocasiones.
Así continuaron los encuentros frecuentes hasta que un día decidí integrarme a ese selecto grupo, tomarme un café y participar de la charla, lo cual se hizo cada vez más frecuente. Luego comenzamos a salir a comer, situación que se repitió con relativa frecuencia. Sin duda le gustaba el buen comer. El Recco era uno de sus lugares preferidos.
El padre Chuchín hasta antes del inicio de la pandemia por Covid-19, tenía una apretada agenda para almorzar y comer, sus acompañantes eran muy diversos, aunque la mayoría eran mujeres.
En nuestros encuentros por los pasillos del CUCSH o en algún restaurante, conversábamos principalmente de la historia, de la geografía, de la lectura del paisaje, del uso del mapa como herramienta para enseñar; decía que era inconcebible que hubiera profesores que enseñaran historia sin el soporte de uno o varios mapa; también hablábamos de la poca disposición de los alumnos a la lectura y sobre mi ateísmo "gracias a Dios", lo cual le causaba mucha gracia.
Después de algunos meses de mi estancia en Autlán, lo invité a que viniera a visitar este pueblo de Dios y María Santísima. Mi insistencia por algunas veces más, sorpresivamente tuvo respuesta positiva y procedimos a fijar fecha.
Los días 6 y 7 de febrero de 2017 anduvo el padre Chuchín por este espectacular valle. Paseamos por los callejones haciendo lecturas de paisaje, lo cual le fascinó. Visitamos Ahuacapán, El Rodeo y otros lugares, incluso estuvimos en la ruinosa casa que construyeran mis padres por allá en los años de 1950.
La pandemia por Covid-19 en particular le afectó mucho, ya no podía salir a almorzar y comer con los amigos, se la pasó recluido en Villa María, y varias veces tuvimos que aplazar esa posibilidad de encontrarnos; eso si, las llamadas telefónicas se produjeron con alguna frecuencia.
El último día que conversé y comí con el Padre Chuchín, fue el viernes 3 de diciembre de 2021, hace poco más de un mes.
Grandes enseñanzas y placenteras charlas me quedan como principales recuerdos del Dr. Jesús Gómez Fregoso. Mi admiración, respeto y cariño hasta donde esté.
2 comentarios:
Gracias por compartirlo
Estimado Dr. Hirineo, muchas gracias por compartir, yo no tuve el gusto de platicar con el, solo el saludo, que siempre tenía, en los pasillos del cucsh, pero siéntase privilegiado y muy contento de todo lo que pudo compartir con el, una gran enseñanza! Descanse en paz! Le mando un fuerte abrazo!
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